Lo de la piedra en la farola sería un buen invento... si no existieran los electricistas. Ya veréis que alegría cuando el tío encaramado al poste divise unas cuantas plantas de maría a punto de cosecharse. Y aviso, los electricistas tienen escaleras (lo digo porque el electricista del pueblo posiblemente sea el tío que más plantaciones tenga identificadas... menos mal que no fuma)
Conozco a gente que ha pedido permiso para pintar el panel que emitía luz a su huerto pintándolo de negro, y no les han puesto pega.
Suerte