A mí me ha pasado lo mismo: al principio, jijiji, jajaja, desternillándome de risa, ciegos morados y paranoias de miedo, de todo. Más tarde, ya fumando marihuana a diario, me dio por pensar: Dios, la familia, el futuro, el presente, el entorno, cómo es la gente, etc. Me convertí en un solitario y me iba todo fumao a sitios llenos de gente, me sentaba y observaba a la gente. Descubrí que podía conocer a la gente por los pies, por su forma de andar sabía como eran, su carácter, etc. Escribía mucho, y mi vida comenzó a cambiar porque yo cambié como consecuencia de fumar y fumar a diario, dándome cuenta de que nada merecía la pena: el dinero, un título universitario, un entorno de amistades, la familia, etc. no merecían la pena y me convertí en una especie de ostra cerrada. Favorecí aptitudes que desconocía, como la música. Aún conservo unas cuantas cosas que escribía cuando estaba fumado. Al final la realidad se mostró clara: suspendí mis estudios, me quedé sin amistades y de cara a la familia no era sino un vicioso drogadicto, igual que para los vecinos y el resto de la gente que me conocía poco. ¿Solución? Dejar de fumar una buena temporada y darse cuenta de que la marihuana no es agua, no es un juego, puede llevar a la depresión y al aislamiento. Está claro que habemos personas que nos gusta comernos el coco pensando cosas y escribiéndolas estando fumados, esta facultad no la tiene la mayoría de la gente, pero hay que releer lo escrito, al cabo del tiempo, para darse cuenta de que la mayoría de los pensamientos que se tienen bajo los efectos de la marihuana parten de supuestos falsos. Hoy, me siento incapaz de conocer el carácter de la gente por los pies, por su forma de andar, reconozco que era una tontería, pero me llevó muchos días de fumada ese entretenimiento.
La marihuana potencia lo que se tiene: la alegría, la tristeza, las preocupaciones, el dolor, el odio, el amor, el placer, el hambre, la sed, el cansancio, la ilusión, etc. Recomiendan no tomar marihuana si se tienen preocupaciones, deudas, problemas, etc. Recomiendan tomarla en un lugar abierto, bonito, con bellas vistas, buena compañía y olvidarse de que te miran o te ven o de que tienes problemas. Uno de los problemas que suelen acompañar al fumeteo es el complejo de culpa por estar perdiendo el tiempo, por estar drogado, por haberse portado mal, por esto o por lo otro. Para pasar malos ratos no está la marihuana ni ninguna sustancia, es mejor dejarlo y olvidarse de ello. Yo dejé de fumar durante quince años seguidos, sin catarlo ni olerlo, porque me di cuenta de que me sentaba mal ese fumeteo que ya hacía por costumbre y por vicio, no por placer.