Me parece que la revista Soft Secrets es una forma publicitaria amable y cómoda de anunciarnos productos desde Holanda a España y la hacen posible los anunciantes aunque detrás del consejo de redacción estén nombres tan conocidos como el de Jorge Cervantes.
No nos engañemos, el cultivo de la marihuana y su cultivo han generado un gran negocio y no hay más que ver el precio de las semillas y de toda la parafernalia, en general, que se mueve tras todo esto.
Muy atrás quedaron los tiempos en que cultivábamos en casa, con semillas traídas gratuitamente por un amigo desde el Nepal o desde Afganistán. Es algo así como si se hubiesen sacado camisetas a diez euros de la revolución del 68 o entradas a cien euros para escuchar a un cantautor protesta, es decir, se pervierte el motivo y se convierte en medio y en fin. Este medio y este fin no difieren, en absoluto, del que tiene cualquier sociedad multinacional: ganar dinero, obtener beneficio.
A mí la revista me gusta, pero, pero, no soy ingenuo: es el reclamo de un negocio, esto es el mundo de la marihuana hoy en día. No es ni malo ni bueno, no juzgo, pero que es un negocio no hay quien lo dude.