1. El injerto es un método de multiplicación que mantiene las características de una variedad de fruta o de planta ornamental. Lo he explicado más arriba. Es decir, que una variedad de fruta de calidad o un árbol con una floración ornamental, si queremos que la descendencia tenga estas características con exactitud, se multiplica por esquejes, acodo o injerto; no por semilla, donde la descendencia suele ser variable.
2. Permite aprovechar las buenas características que aportan los patrones.
El patrón o portainjerto pone las raíces y ofrece una mayor resistencia a suelos malos, calizos, encharchados, con hongos, plagas... depende del patrón que sea.
Los injertos se practican más en árboles que en arbustos, pero en éstos tiene una utilidad grande en diversos casos.
Por ejemplo, en Rosal, puedes hacer el estaquillado pero ese Rosal no será muy resistente a la sequía, ni al exceso de agua, ni al frío del invierno, ni a los Nematodos, ni a los hongos que viven en el suelo (ej. Verticillium) y además vivirá menos años. Resistencia a todas estas características se lo proporciona los patrones usados en el injerto, ya que son mucho más rústicos que la variedad (como patrones se usan Rosales silvestres, el patrón pone las raíces y la copa el injerto). Por eso los Rosales que compramos no se han obtenido por esquejes, sino que vienen injertados en patrones.
Si multiplicas por esquejes tus rosales, te darán flores y demás, pero tienen los inconvenientes citados. Lo ideal: hacer esquejes de un Rosal silvestre e injértarle luego una yema de la variedad que te guste.
3. También, cuando se hacen "rosales en árbol o estándar" (u otros arbustos), lo que se hace es injertar una yema sobre el tronco de otro rosal a una cierta altura del suelo.
4. Una aplicación ornamental son los injertos múltiples. Permiten tener en una misma planta flores de distintas variedades o varios tipos de frutas.