CÓMO FAVORECER A LAS HEMBRAS ?
" La mayoría de las variedades se pueden sexar entre mayo y junio, aunque algunas se retrasan hasta agosto. "
Existen factores ambientales que pueden ayudar a que salgan más hembras y menos machos. Hay hormonas que influyen en la definición del sexo del cannabis. Las giberelinas favorecen la aparición de machos y las auxinas, la de hembras. Las auxinas son hormonas presentes en casi todas las semillas cuando germinan.
Para añadirle auxinas a las plantas, lo más fácil es extraerlas de semillas de cualquier especie. Germinamos un montón de semillas de cualquier especie ( judías, lentejas, soja, garbanzos, cañamones para pájaros....) dejándolas un par de días en un vaso de agua. Cuando tengan raíces vamos arrancando y tirando la parte verde, y echamos todas las partes blancas en el agua del vaso y lo batimos. Diluimos este líquido en agua y regamos nuestras plantas un par de veces mientras están en crecimiento. Lo ideal es hacerlo cuando las plantas tienen unas seis semanas.
El ciclo vital de los machos es más corto que el de las hembras. El cannabis macho muere después de florecer y esparcir su polen al viento. Sin embargo, la hembra después de florecer y ser polinizada debe fabricar las semillas. Para hacerlo necesita grandes cantidades de nutrientes y agua, así como sol directo. En función de los nutrientes que tenga y del entorno en que se encuentra la planta, decidirá si se desarrolla el sexo que su genética le indica o bien lo cambiará parcial o totalmente. Una hembra potencial que se encuentre en un terreno muy pobre o poco soleado puede volverse macho, puesto que como hembra tiene pocas posibilidades de llegar a formar semillas viables, ya que necesita más energía de la que el entorno puede proporcionarle.
Para conseguir asegurar el éxito en un cultivo de cannabis deberemos distinguir lo antes posible si la planta es niño o niña antes de que muestre claramente su género.
Así aprovecharemos tiempo, espacio, luz y tierra, ya que, sobretodo en cultivo interior, el espacio es un factor muy importante.
Conviene arrancar los machos lo antes posible, pero reconocerlos antes que las hembras enseñen sus pelillos blancos en forma de V, o antes que al macho se le vean ya sus atributos masculinos, parece ser que resulta muy difícil; incluso de explicar.
Dado que no podemos hacer una ecografía, ni conocemos sexadores natos de semillas a simple vista, un buen sistema para su identificación prematura es aprovisionarse de una lente, de 10 o 20 aumentos. Individuaremos aquellas plantas de más de dos palmos, es decir, de unos 40 centímetros y observaremos los últimos 5 niveles de pares de hojas superiores.
Ahí, tras las estípulas, es donde suelen marcar el sexo las plantas; en algunos de estos niveles podemos encontrar algún vestigio milimétrico de su sexo. Estos brotes ínfimos nos confundirán a menudo pero, tras años de observación y centenares de plantas sexadas con éxito, podemos aseverar lo que sigue.
Las plantas macho suelen adoptar las siguientes formas de preflor:
* Brote de microhojas. Si lo que observamos tiene dos brotes o más, verdes sus hojitas, indica que la planta está próxima a definir su sexo.
* Huevitos. Si éstos son ínfimos como bolitas unidas, 2, 3 o más, de un verde claro o amarillento, con imperceptibles secciones más amarillentas, avisa que la planta será niño. Si la bola es única, no la arranques todavía, cabe la posibilidad de que sea una niña.
* Brocha. Es el signo más claro de una planta macho, ya que la preflor hembra no desarrolla tallo alguno en su base. Se trata de una preflor como el caso anterior, pero en estado más avanzado.
* Falsa hembra I. Cuando veamos preflores con bulto sospechoso en forma de piernas femeninas. Si separamos delicadamente con un alfiler sus dos hojitas, veremos dentro pequeñas preflores machos: huevitos. ( que no WebBitox, jejejejeje, me parto solo )
* Falsa hembra II. Como la anterior pero con una sola hoja ( pierna ). Tipo de preflor que la convierte en la más traidora por su similitud a la hembra, casi idéntica: puede crear falsas esperanzas si antes no averiguamos con cuidado qué esconde detrás.
* Por último, la que nos interesa de verdad: la vaina con pelillos en V: el cannabis hembra. Una sola y única vaina, con aparariencia de gota alargada con sección invisible, casi simétrica de dos sépalos, a diferencia de las flores masculinas, que son hexagonales. Es lo que nos señala el inicio de la flor femenina en la planta.
Al no desarrollarse por igual, todos esos pequeños indicios han de compararse en los diferentes niveles para asegurar el pronóstico. No fiarse de una observación ligera. Aun así sabemos que cuesta arrancar los machos con pruebas tan mínimas.
Si no se han podido detectar antes de su madurez plena, cuando éstos crezcan las bolitas clásicas del macho colgarán, abriéndose en forma de margarita para soltar su polen, mientras las vainas enseñan sus pelos, ya no estarán aisladas y solas como en su pubertad; en etapa de floración se reunirán en grupos formando el cogollo.
Excepcionalmente algunas plantas no se definen hasta un estadio de crecimiento muy avanzado creando un problema añadido: su altura. Si la planta es muy alta cuando florezca se doblará bajo el peso de sus cogollos.
Para evitar eso lo mejor es seccionar un tercio de la planta y seguir esperando o cortarle las horas de luz, induciéndola a la floración ( 12 horas/12 horas ). Eso acelera la definición de su sexo y en pocos días sabremos que sexo tiene.
Otro problema con la altura de la planta es la intensidad lumínica, sea bajo el sol sea debajo de la lámpara, pues difícilmente la luz alcanzará las ramas bajas, con lo que será difícil conseguir cogollos grandes, sobre todo en interior.
Lo ideal para que las plantas mantengan una altura uniforme es, aunque nos cueste y apene, cortar por lo sano o, aún mucho mejor, hacer esquejes con lo cortado.
Los esquejes son la solución perfecta a los problemas de sexo y altura, puesto que desde su tierna infancia ya son hembras seguras y, a diferencia de las plantas, sus ramas con hojas de 5 o 7 puntas crecen en la misma base del tronco, casi desde tierra.
El sistema de esquejes de interior nos permite, en caso de tener también alguna zona de cultivo exterior, asegurar que las plantas que se saquen en la cosecha sean hembras de calidad. Si tenemos la posibilidad de combinar estos cultivos, obtendremos óptimos resultados.
Otro sistema para el sexado es germinar las semillas y que desde el primer día que se planten reciban 12 horas sólo de luz. Así obligamos a la planta a madurar prematuramente, apartamos los machos y trasladamos las hembras a crecimiento ( a veces artificial ) y, de esta forma, no arrancaremos, meses más tarde, plantas muy grandes, salvo con aquellas que se vuelvan hermafroditas.
En exterior las plantas manifiestan su sexo más tarde, con lo que se crean muchos problemas y la desesperación del cultivador según van apareciendo los machos.
Aunque el porcentaje de prehembras resulte bajo, seguir alguno de estos métodos de observación con paciencia, marcando presuntas plantas macho y separándolas de las demás, no suele fallar.