Como somos muchos los que tenemos dudas a la hora de plantar en invierno, he encontrado este articulo en la revista cañamo, que espero que sirva un poco para abrirnos los ojos y probar suerte, por supuesto espero comentarios de la gente que haya sembrado en invierno y haber que tal le ha ido, y si sabéis tipos de especies que sirvan pues que las pongáis, haber si nos animamos todos.
En el calendario del cultivador, el mes de diciembre ha sido simplemente una época
tranquila, dedicada a la cata de la cosecha veraniega y a la planificación de la siembra
primaveral. Sin embargo, aquellas mentes inquietas que se aburran con la inactividad o
que requieran de un mayor suministro de THC pueden dedicar sus energías pre y post navideñas al cultivo invernal.
El cannabis crece bastante bien siempre que tenga sol y la temperatura, no baje de unos 10º C. En parte del sur de la península ibérica, en las islas Canarias y en la costa Mediterránea estas condiciones se dan a lo largo de todo el invierno. En lugares más frios, es necesario un invernadero o una terraza acristalada con mucho sol. Esta ultima opción resulta muy adecuada, ya que en el interior de las casas mantiene durante el invierno una temperatura muy adecuada para el crecimiento de la marihuana.
La cosecha invernal puede realizarse a partir de semillas o bien con esquejes. Si plantamos semillas, es más facil germinarlas dentro de casa a finales de diciembre o principios de Enero y sacarlos fuera cuando tengan uno o dos pares de hojas.
Partiendo de esquejes, no es necesario sacarlos al exterior hasta febrero.
Las plantas de semillas germinadas en enero comienzan a crecer y enseguida notan que los dias son cortos y las noches largas, igual que en otoño, por lo que florecen tan pronto como su tamaño se lo permite. Las marías invernales no se hacen muy grandes y florecen a veces con tan solo 30 o 40 centímetros de altura.
En el cultivo con esquejes, el tamaño final de la planta dependerá del tamaño que tenga el esqueje cuando lo saquemos al exterior. Los esquejes, especialmente si están sacados de una madre que vive con un fotoperiodo constante de 18 horas, suelen florecer en cuanto salen fuera y notan el cambio de horas de luz. Por lo tanto, si queremos que se hagan grandes, hay que hacerlos crecer en interior antes de ponerlos fuera.
Otra técnica para evitar que las plantas (tanto los esquejes como las de semilla) florezcan cuando son demasiado pequeñas consiste en alargarles la duración del fotoperiodo natural por medio de luces artificiales. Con un pequeño foco de luz halógena instalado en el jardín alargaremos la duración del día hasta las 18 horas. De este modo, las plantas crecerán y no florecerán hasta que nosotros decidamos dejar de encender el foco cada noche, a principios o mediados de marzo.
La temperatura es un factor crítico cuando cultivamos en invierno. Aunque las plantas no mueren mientras la temperatura se mantenga por encima de 0º C, crecen muy despacio a menos de 10º C. Si las marías están plantadas en el suelo, no es fácil darles calor; en cambio si las tenemos en macetas, se pueden aislar del frío. Lo podemos conseguir de diversas maneras. La más simple consiste en elevar las macetas del suelo colocándolas sobre un trozo de madera o, mejor aún, de corcho. La madera y el corcho evitan que el tiesto se enfríe demasiado al estar en contacto con el suelo.Al contrario que en el cultivo de verano, es recomendable usar macetas negras, ya que absorben mejor el calor del sol.
El cultivo en meses frios tiene importantes ventajas y algunos inconvenientes. Para empezar, no hay insectos, caracoles, gusanos u otras plagas. Pero no solo estaremos libres de insectos si no que las fuerzas de seguridad (los hombres de verde) suelen dedicar estos meses a otros menesteres y se olvidan de buscar plantaciones “abstractamente peligrosas”. Lo mismo sucede con los ladrones de cosechas, ni siquiera las buscan en esta epoca.
El mayor inconveniente es que las bajas temperaturas y la mayor humedad favorecen la aparición de hongos y mohos, por lo que se deben extremar los cuidados especialmente en la floración. Si los cogollos se mojan, se enmohecen más fácilmente.
La cosecha de invierno no suele ser muy abundante aunque si muy oportuna, ya que se cosecha en abril o en mayo, justo cuando la mayoria de los cultivadores se les acaba la provisión del año pasado. Es importante escoger bien las especies que cultivamos en estos meses, deben ser fuertes y resistentes al mal clima y a los hongos.
Generalmente, la genetica más fuerte la tienen las variedades índicas, que dan lugar a plantas pequeñas con una gran proporción de cogollos y resina. Las índicas tienen una floración rapida que no suele pasar de los sesenta dias. Este pequeño detalle resulta muy util cuando se acerca la epoca de la cosecha y los dias se van alargando. Las sativas que tardan más en florecer, podrian encontrarse con dias demasiado largos antes de acabar de madurar, con lo que no se acabarian de hacer correctamente.
Una ventaja añadida de la cosecha invernal es la posibilidad de revegetar las plantas para que florezcan de nuevo en el otoño. Para ello hay que cosechar solo los cogollos, sin cortar la planta, dejandole ramas y hojas suficientes para que no muera. Tras tres o cuatro semanas parada, la planta volverá a brotar y florecerá otra vez en el otoño.
Articulo de la revista cañamo
Autor: José T. Gállego
Bueno me duelen los datiles de teclear, espero que sea de vuestro interés.
Un saludo para todos/as.
En el calendario del cultivador, el mes de diciembre ha sido simplemente una época
tranquila, dedicada a la cata de la cosecha veraniega y a la planificación de la siembra
primaveral. Sin embargo, aquellas mentes inquietas que se aburran con la inactividad o
que requieran de un mayor suministro de THC pueden dedicar sus energías pre y post navideñas al cultivo invernal.
El cannabis crece bastante bien siempre que tenga sol y la temperatura, no baje de unos 10º C. En parte del sur de la península ibérica, en las islas Canarias y en la costa Mediterránea estas condiciones se dan a lo largo de todo el invierno. En lugares más frios, es necesario un invernadero o una terraza acristalada con mucho sol. Esta ultima opción resulta muy adecuada, ya que en el interior de las casas mantiene durante el invierno una temperatura muy adecuada para el crecimiento de la marihuana.
La cosecha invernal puede realizarse a partir de semillas o bien con esquejes. Si plantamos semillas, es más facil germinarlas dentro de casa a finales de diciembre o principios de Enero y sacarlos fuera cuando tengan uno o dos pares de hojas.
Partiendo de esquejes, no es necesario sacarlos al exterior hasta febrero.
Las plantas de semillas germinadas en enero comienzan a crecer y enseguida notan que los dias son cortos y las noches largas, igual que en otoño, por lo que florecen tan pronto como su tamaño se lo permite. Las marías invernales no se hacen muy grandes y florecen a veces con tan solo 30 o 40 centímetros de altura.
En el cultivo con esquejes, el tamaño final de la planta dependerá del tamaño que tenga el esqueje cuando lo saquemos al exterior. Los esquejes, especialmente si están sacados de una madre que vive con un fotoperiodo constante de 18 horas, suelen florecer en cuanto salen fuera y notan el cambio de horas de luz. Por lo tanto, si queremos que se hagan grandes, hay que hacerlos crecer en interior antes de ponerlos fuera.
Otra técnica para evitar que las plantas (tanto los esquejes como las de semilla) florezcan cuando son demasiado pequeñas consiste en alargarles la duración del fotoperiodo natural por medio de luces artificiales. Con un pequeño foco de luz halógena instalado en el jardín alargaremos la duración del día hasta las 18 horas. De este modo, las plantas crecerán y no florecerán hasta que nosotros decidamos dejar de encender el foco cada noche, a principios o mediados de marzo.
La temperatura es un factor crítico cuando cultivamos en invierno. Aunque las plantas no mueren mientras la temperatura se mantenga por encima de 0º C, crecen muy despacio a menos de 10º C. Si las marías están plantadas en el suelo, no es fácil darles calor; en cambio si las tenemos en macetas, se pueden aislar del frío. Lo podemos conseguir de diversas maneras. La más simple consiste en elevar las macetas del suelo colocándolas sobre un trozo de madera o, mejor aún, de corcho. La madera y el corcho evitan que el tiesto se enfríe demasiado al estar en contacto con el suelo.Al contrario que en el cultivo de verano, es recomendable usar macetas negras, ya que absorben mejor el calor del sol.
El cultivo en meses frios tiene importantes ventajas y algunos inconvenientes. Para empezar, no hay insectos, caracoles, gusanos u otras plagas. Pero no solo estaremos libres de insectos si no que las fuerzas de seguridad (los hombres de verde) suelen dedicar estos meses a otros menesteres y se olvidan de buscar plantaciones “abstractamente peligrosas”. Lo mismo sucede con los ladrones de cosechas, ni siquiera las buscan en esta epoca.
El mayor inconveniente es que las bajas temperaturas y la mayor humedad favorecen la aparición de hongos y mohos, por lo que se deben extremar los cuidados especialmente en la floración. Si los cogollos se mojan, se enmohecen más fácilmente.
La cosecha de invierno no suele ser muy abundante aunque si muy oportuna, ya que se cosecha en abril o en mayo, justo cuando la mayoria de los cultivadores se les acaba la provisión del año pasado. Es importante escoger bien las especies que cultivamos en estos meses, deben ser fuertes y resistentes al mal clima y a los hongos.
Generalmente, la genetica más fuerte la tienen las variedades índicas, que dan lugar a plantas pequeñas con una gran proporción de cogollos y resina. Las índicas tienen una floración rapida que no suele pasar de los sesenta dias. Este pequeño detalle resulta muy util cuando se acerca la epoca de la cosecha y los dias se van alargando. Las sativas que tardan más en florecer, podrian encontrarse con dias demasiado largos antes de acabar de madurar, con lo que no se acabarian de hacer correctamente.
Una ventaja añadida de la cosecha invernal es la posibilidad de revegetar las plantas para que florezcan de nuevo en el otoño. Para ello hay que cosechar solo los cogollos, sin cortar la planta, dejandole ramas y hojas suficientes para que no muera. Tras tres o cuatro semanas parada, la planta volverá a brotar y florecerá otra vez en el otoño.
Articulo de la revista cañamo
Autor: José T. Gállego
Bueno me duelen los datiles de teclear, espero que sea de vuestro interés.
Un saludo para todos/as.