EL RINCON DE LOS CUENTOS BY MOTA & MARIO

motaman

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27 Octubre 2007
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el mundo
juas juas
el segundo muy bueno
 

motaman

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27 Octubre 2007
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pues si te va el rollo juasssss,busca o el arte de domar el tigre.de (Darma Aria akong Rimpoche), o un pajaro al viento. de osho

igual son menos amenos,ademas ....jejejej,llevan ejercicios ,basicos,y algunos no tan basicos sobre meditacion jejejeje
 

motaman

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27 Octubre 2007
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el peso del alma 21 gramos
 

motaman

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27 Octubre 2007
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............Corre por ahí la leyenda de que el alma humana pesa 21 gramos.
Al parecer esta idea se respalda con un antiguo experimento que se hizo con una balanza donde se peso un cuerpo recien fallecido y se noto que habia perdido 21 g, despues en el año 52 el cientifico Francis Crick y James Watson descubrieron que al fallecer ciertas estructuras cerebrales desaparecian al morir y el peso de estas oscilan entro los 21 g, se supone que esta zona que se pierde se le denominó conciencia -alma... ya que esta zona del cerebro es la que domina esas acciones de la conducta humana.
Soy muy escéptica y no creo en la existencia del alma como tal, pero visto así, desde el punto de vista cientifico, me ha parecido curiosa esta historia, y muy bonito pensar que quizás nuestra alma pese 21 gramos.
Me sorprende que fisicamente el alma pueda ser tan liviana, con lo pesada que es en nuestras conciencias.
¿Como puede aplastarnos tanto la vida cuando le da la gana...con solo pesar 21 gramos?
 

motaman

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27 Octubre 2007
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esta es para todos aquellos que creemos que sabemos algo....un abrazo genteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee


—Papi... papi... Estuve con Huguito, que viene de pelearse con su papá...
—¿Y por qué se peleó con su papá?
—Porque el papá de Huguito dice que él sabe más que Huguito...
—Sí... hijo. El papá de Huguito sabe más que Huguito.
—¿Y cómo sabés vos, si no lo conocés al papá de Huguito?
—Bueno, porque es el padre, hijo, y el padre sabe más que el hijo.
—¿Y por qué sabe más que el hijo?
—Y... ¡porque es el papá!
—¿Qué tiene que ver?
—Bueno, hijo, el papá ha vivido más años... ha leído más... ha estudiado más... Entonces sabe más que el hijo.
—Ah... ¿Y vos sabés más que yo?
—Sí.
—¿Y todos los padres saben más que los hijos?
—Sí.
—¿Y siempre es así?
—Sí.
—¿Y siempre va a ser así?
—Sí, hijo, ¡siempre va a ser así!
—¿Y la mamá de Martita sabe más que Martita?
—Sí, hijo. La mamá de Martita sabe más que Martita...
—Decime papá, ¿quién inventó el teléfono?
El padre lo mira con suficiencia y le dice:
—El teléfono, hijo, lo inventó Alexander Graham Bell.
—¿Y por qué no lo inventó el padre de él que sabía más?

¿Será cierto que sabemos más que nuestros hijos?
A veces sí y a veces no.
 

motaman

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27 Octubre 2007
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LA PARABOLA DEL CARRUAJE II

Integrados como un todo, mi carruaje, los caballos, el cochero y yo (como me enseñaron a llamarme pasajero), recorrimos con cierto trabajo el primer tramo del camino. A medida que avanzaba cambiaba el entorno: por momentos árido y desolado, por momentos florido y confortante, cambiaban las condiciones climáticas y el grado de dificultad del sendero: a veces suave y llano, otras áspero y empinado, otras resbaladizo y en pendiente, cambiaban, por fin, mis condiciones anímicas: aquí sereno y optimista, antes triste y cansado, mas allá fastidioso y enojado.
Ahora, al final de este tramo, siento que en realidad los únicos cambios importantes eran estos últimos, los internos, como si los de afuera dependieran de éstos o simplemente no existieran.
Detenido por un momento a contemplar las huellas dejadas atrás, me siento satisfecho orgulloso, par bien y para mal, mis triunfos y mis frustraciones me pertenecen.
Sé que una nueva etapa me espera, pero no ignoro que podría dejar que me esperara para siempre sin siquiera sentirme un poco culpable. Nada me obliga a seguir adelante, nada que no sea mi propio deseo de hacerlo.
Miro hacia delante. El sendero me resulta atractivamente invitante. Desde el comienzo veo que el trayecto está lleno de colores infinitos y formas nuevas que despiertan mi curiosidad.
Mi intuición me dice que también debe estar lleno de peligros y dificultades pero eso no me frena, ya sé que cuento con todos mis recursos y que con ellos será suficiente para enfrentar cada peligro y traspasar cada dificultad. Por otro parte, he aprendido definitivamente que soy vulnerable, pero no frágil.
Sumido en un diálogo interno, casi ni me doy cuenta de que he empezado a recorrerlo.
Disfruto mansamente del paisaje... y él, se diría, disfruta de mi paso, a juzgar por su decisión de volverse a cada instante más hermoso.
De pronto, a mi izquierda, por un sendero paralelo al que recorro, percibo una sombra que se mueve por detrás de unos matorrales.
Presto atención. Mas adelante, en un claro, veo que es otro carruaje que por su camino avanza en mi misma dirección.
Me sobresalta su belleza: la madera oscura, los bronces brillantes, las ruedas majestuosas, la suavidad de sus formas torneadas y armónicas...
Me doy cuenta de que estoy deslumbrado.
Le pido al cochero que acelere la marcha para ponernos a la par. Los caballos corcovean y desatan el trote. Sin que nadie lo indique, ellos solos van acercando el carruaje al borde izquierdo como para acortar distancias.
El carruaje vecino también es tirado por dos caballos y también tiene un cochero llevando las riendas. Sus caballos y los míos acompasan sus trote espontáneamente, como si fueran una sola cuadrilla. Los cocheros parecen haber encontrado un buen momento para descansar porque ambos acaban de acomodarse en el pescante y con la mirada perdida sostienen relajadamente las riendas dejando que el camino nos lleve.
Estoy tan encantado con la situación que solamente un largo rato después descubro que el otro carruaje también lleva un pasajero.
No es que pensara que no lo llevaba, sólo que no lo había visto.
Ahora lo descubro y lo miro. Veo que él también me está mirando. Como manera de hacerle saber mi alegría le sonrío y él, desde su ventana, me saluda animadamente con la mano.
Devuelvo el saludo y me animo a susurrarle un tímido “Hola”. Misteriosamente, o quizás no tanto, él escucha y contesta:
- Hola. ¿Vas hacia allá?
- Sí – contesto con una sorprendente (para mi mismo) alegría - ¿Vamos juntos?
- Claro – me dice - , vamos.


Yo respiro profundo y me siento satisfecho.
En todo el camino recorrido no había encontrado nunca a un compañero de ruta.
Me siento feliz sin saber por qué y, lo mas interesante, sin ningún interés especial en saberlo.
 

motaman

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27 Octubre 2007
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IMPORTANCIA DEL ENCUENTRO EN EL MUDO ACTUAL

Padecemos una especie de
subdesarrollo emocional que nos
impulsa a ciertas conductas
autodestructivas, tanto en
nuestra vida pública como en
la privada.
Nos urge encontrar un camino
que nos permita hallar una
manera de ser más sanos, y ese
camino está íntimamente
relacionado con el amor y la
espiritualidad. El amor es el mejor símbolo de
salud del hombre,
es todo lo opuesto de la agresión,
del miedo y de la paranoia,
que a su vez representan
la patología que nos desune.

Claudio Naranjo (Clan, 1984)
 

motaman

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27 Octubre 2007
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Sade (1740-1814), se preguntaba: ¿Por qué dejar que mis intereses personales y mis propias inclinaciones estén liberados a lo que la sociedad me permite o no me permite?. ¿Por qué no sentirme a mi mismo libre de salir a procurarme aquello que me gusta?. ¿Por qué tengo que condicionar mi placer al permiso del otro. ¿Quién es el otro para decirme que puedo tener o que no puedo tener?. ¿Por qué no ser realmente como digo que soy y juntarme solamente con aquellos que comparten conmigo mi propia manera de encontrar las cosas que necesito, para juntarnos a disfrutar de ellas sin depender de la aprobación de los otros?.

Narciso era un joven muchacho, tan hermoso que hasta las deidades del Olimpo celaban su belleza. Un día, mientras tomaba agua en un estanque, Cupido fue mandado por los dioses para herirlo con una de sus flechas. Así fue como Narciso se enamoró de su propia imagen, tanto, que ninguna otra persona volvió a parecerle atractiva, aunque todas seguían enamorándose de el. Ese era el resultado deseado por los dioses, el sufrimiento infinito de verse privado del placer de amar.
Eco, por su parte, también había sido víctima de un conjuro, la esposa de Zeus le había quitado el don del habla.
Afrodita, la diosa del amor y de la belleza, se había compadecido de Eco y no pudiendo deshacer el hechizo anterior, lo atenúo permitiéndole hablar pero sólo repetir lo que otros le dijeran.
Cuenta la leyenda que un día Narciso caminaba por la orilla de un río, triste como siempre, sufriendo su pena, y desde detrás de un matorral Eco lo espiaba. Como todos los que se cruzaban con Narciso, también Eco se enamoró del joven pero no se animó a salir a su paso dado que nada podría decirle salvo que él le hablara primero. Dolorida por su condena, Eco lloró.
- ¿Quién está allí? – preguntó Narciso al escuchar el llanto.
- ¿Quién está allí? – contestó Eco.
- Soy yo, Narciso. ¿Y tú quién eres?
- Soy yo – repitió Eco.
- Sal a la luz, quiero verte – dijo el joven.
- Quiero verte – dijo Eco.
- Ven aquí entonces – comandó Narciso.
- Ven aquí – repitió Eco -, ven aquí.
Narciso temió una nueva trampa de los dioses y no se atrevió a internarse en la espesura.
- ¿Tu no entiendes que necesito amar a alguien? – preguntó Narciso.
- Tú no entiendes – contestó Eco llorando.
- Si no sales ya mismo... – exigió Narciso - ...vete y adiós.
- Adiós – repitió Eco -, adiós... adiós...
El bello joven se dio cuenta de que el amor por fin llegaba a su corazón. Quizás porque al no ver a su amada no había tenido una imagen con quien compararla, quizás porque su voz solo le devolvía sus propias palabras... lo cierto es que sin razones para el, Narciso finalmente se había enamorado.
- Vuelve por favor – gritó -. Yo te amo.
Pero era tarde... la doncella ya no podía escucharlo.
Narciso se sentó junto al río y lloró.
Lloró como nunca había llorado, toda esa tarde y también toda esa noche. Tanto lloró Narciso que por la mañana, al salir el sol, su cuerpo se había secado y el joven amaneció transformado en una flor: el narciso, que desde entonces crece en las orillas de los ríos reclinado sobre el agua como llorando sobre su imagen reflejada.
 

HHkultivos

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14 Mayo 2008
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jejejej son todos muy buenos jajajaj ay algunos que se kedan..... jeje bueno xao
 

motaman

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27 Octubre 2007
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gracias hhcultivos,,,de lo que se trata es de poner variadas,pa que cuando la peña se aburra,se fume uno y lea un poco,que nunca estade mas culturizar y erikecer el alma???? o la alma ????? :D :D :D
 

motaman

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27 Octubre 2007
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el mundo
Cuentan que una mujer entró a un restaurante y pidió como primer plato una sopa de espárragos. Unos minutos después, el mozo le servía su humeante plato y se retiraba.
- ¡Mozo – gritó la mujer -, venga para acá.
- ¿Señora? – contestó el mesero acercándose.
- ¡Pruebe esta soba – ordenó la clienta.
- ¿Qué pasa, señora?. ¿No es lo que usted quería?
- ¡Pruebe la sopa! – repitió la mujer.
- Pero que sucede... ¿le fatal sal?.
- ¡¡Pruebe la sopa!!
- ¿Está fría?.
- ¡¡PRUEBE LA SOPA!! – repetía la mujer insistente.
- Pero señora por favor, dígame lo que pasa... – dijo el mozo.
- Si quiere saber lo que pasa... pruebe la sopa – dijo la mujer señalando el plato.
El mesero, dándose cuenta de que nada haría cambiar de parecer a al encaprichada mujer, se sentó frente al humeante líquido amarillento y le dijo con cierta sorpresa:
- Pero aquí no hay cuchara...
- ¿Vio? – dijo la mujer - ¿vio?... falta la cuchara.

Que bueno sería acostumbrarnos, en las pequeñas y en las grandes cosas, a poder nombrar hechos, situaciones y emociones directamente, sin rodeos, tal como son.
 

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27 Octubre 2007
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Cuando trabajé con adictos durante la época de especialización como psiquiatra, atendí a una mujer que tenía un padre alcohólico . la conocí en la clínica donde su marido estaba internado. Durante muchos años ella acompañó a su esposo a los grupos de alcohólicos anónimos para tratar de que superara su adicción, que llevaba mas de doce años. Finalmente, le estuvo en abstinencia durante 24 meses. La mujer vino a verme para decirme que, después de 17 años de casados, sentía que su misión ya estaba cumplida, que el ya estaba recuperado... Yo, que en aquel entonces tenía 27 años y era un médico recibido hacía muy poco, interpreté que en realidad lo que ella quería era curar a su papá, y entonces había redimido la historia de curar al padre curando a su marido. Ella dijo: “Puede ser, pero ya no me une nada a mi marido, he sufrido tanto por su alcoholismo, que me quedé para no abandonarlo en medio del tratamiento, pero ahora no quiero saber mas nada con el”. El caso es que se separaron. Un años después, incidentalmente y en otro lugar, me encontré con esta mujer que había hecho una nueva pareja. Se había vuelto a casar... con otro alcohólico.
 

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27 Octubre 2007
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Un cuento que viaja por el mundo de Internet me parece que muestra mejor que yo lo que quiero decir:
Cuentan que una noche, cuando en la casa todos dormían, el pequeño Ernesto de 5 años se levantó de su cama y fue al cuarto de sus padres. Se paró junto a la cama del lado de su papá y tirando de las cobijas lo despertó.
- ¿Cuánto ganás, papá? – le preguntó
- Ehhh... ¿cómo? – preguntó el padre entre sueños.
- Que cuánto ganás en el trabajo.
- Hijo, son las doce de la noche, andate a dormir.
- Si papi, ya me voy, pero vos ¿cuánto ganás en el trabajo?
El padre se incorporó en la cama y en grito ahogado le ordenó:
- ¡Te vas a la cama inmediatamente, esos no son temas para que vos pregunte! ¡¡y menos a la medianoche!! – y extendió su dedo señalando la puerta.
Ernesto bajó la cabeza y se fue a su cuarto.
A la mañana siguiente el padre pensó que había sido demasiado severo con Ernesto y que su curiosidad no merecía tanto reproche. En un intento de reparar, en la cena el padre decidió contestarle al hijo.
- Respecto de la pregunta de anoche, Ernesto, yo tengo un sueldo de 2.800 pesos pero con los descuentos me quedan unos 2.200.
- ¡Uhh!... cuánto que ganás, papi – contestó Ernesto.
- No tanto hijo, hay muchos gastos.
- Ahh... y trabajás muchas horas.
- Si hijo, muchas horas.
- ¿Cuántas papi?
- Todo el día, hijo, todo el día.
- Ahh – asintió el chico, y siguió – entonces vos tenés mucha plata ¿no?.
- Basta de preguntas, sos muy chiquito para estar hablando de plata.
Un silencio invadió la sala y callados todos se fueron a dormir.
Esa noche, una nueva visita de Ernesto interrumpió el sueño de sus padres. Esta vez traía un papel con números garabateados en la mano.
- Papi ¿vos me podés prestar cinco pesos?
- Ernesto... ¡¡son las dos de la mañana!! – se quejó el papá.
- Si pero ¿me podés...
El padre no le permitió terminar la frase.
- Así que este era el tema por el cual estás preguntando tanto de la plata, mocoso impertinente. Andate inmediatamente a la cama antes de que te agarre con la pantufla... Fuera de aquí... A su cama.
Vamos.
Una vez más, esta vuelta puchereando, Ernesto arrastró los pies hacia la puerta.
Media hora después, quizás por la conciencia del exceso, quizás por la mediación de la madre o simplemente porque la culpa no lo dejaba dormir, el padre fue al cuarto de su hijo. Desde la puerta escucho lloriquear casi en silencio.
Se sentó en su cama y le habló.
- Perdoname si te grité, Ernesto, pro son las dos de la madrugada, toda la gente está durmiendo, no hay ningún negocio abierto, ¿no podés esperar hasta mañana?.
- Si papá – contestó el chico entre mocos.
El padre metió la mano en su bolsillo y sacó su billetera de extrajo un billete de cinco pesos. Lo dejó en la mesita de luz y le dijo:
- Ahí tenés la plata que me pediste.
El chico se enjuagó las lágrimas con la sábana y saltó hasta su ropero, de allí sacó una lata y de la lata unas monedas y unos pocos billetes. Agregó los cinco pesos al lado del resto y contó con los dedos cuánto dinero tenía.
Después agarró la plata entre las manos y la puso en la cama frente a su padre que lo miraba sonriendo.
- Ahora si – dijo Ernesto – llego justo, nueve pesos con cincuenta centavos.
- Muy bien hijo, ¿y que vas a hacer con esa plata?
- ¿Me vendés una hora de tu tiempo, papi?.

Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti...
asi que :D :D :D supngo que yo os quiero un pokitin,,jejej,con to el rato que me llevo por aqui,,,juas,,,juas
 

motaman

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27 Octubre 2007
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En la película “Juego de seducción”, un hombre de aspecto rural cuenta en cámara la siguiente historia:

Cuando yo tenía 8 años, encontré el Río Perdido. Nadie sabía dónde estaba, nadie en mi condado podía decirte cómo llegar, pero todos hablaban de el. Cuando llegué por primera vez al Río Perdido, me di cuenta rápidamente de que estaba allí. Uno se da cuenta cuando llegue. ¡Era el lugar mas hermoso que jamás vi, había árboles que caían sobre el río y algunos peces enormes navegaban en las aguas transparentes!. Así que me saqué la ropa y me tiré al río y nadé entre los peces y sentí el brillo del sol en el agua, y sentí que estaba en el paraíso. Después de pasar la tarde de ahí, me fui marcando todo el camino hasta llegar a mi casa y allí le dije a mi padre:
- Papá, encontré el Río Perdido.
Mi papá me miró rápidamente y se dio cuenta de que no mentía. Entonces me acarició la cabeza y me dijo:
- Yo tenía mas o menos tu edad cuando lo vi por primera vez. Nunca pude volver.
Y yo le dije:
- No, no... Pero yo marqué el camino, dejé huellas y corté ramas, así que podemos volver juntos.
Al día siguiente, cuando quise volver, no puede encontrar las marcas que había hecho, y el río se volvió perdido también para mi. Entonces me quedó el recuerdo y la sensación de que tenía que buscarlo una vez mas.
Dos años después, una tarde de otoño, fuimos a la dirección de guardaparques del condado porque mi papá necesitaba trabajo. Bajamos a un sótano, y mientras papá esperaba un una fila para ser entrevista, vi que en una pared había un mapa enorme que reproducía cada lugar del condado: cada montaña, cada río, cada accidente geográfico estaba ahí. Así que me acerqué con mis hermanos, que eran menores, para tratar de encontrar el Río Perdido y mostrárselo a ellos. Buscamos y buscamos, pero sin éxito.
Entonces se acercó un guardaparques grandote, con bigotes, que me dijo:
- ¿Qué estás buscando, hijo?
- Buscamos el Río Perdido - dije yo, esperando su ayuda.
Pero el hombre respondió:
- No existe ese lugar.
- ¿Cómo que no existe?. Yo nadé ahí.
Entonces el me dijo:
- Nadaste en el Río Rojo.
Y yo le dije:
- Nadé en los dos, y se la diferencia.
Pero el insistió:
- Ese lugar no existe.
En eso regresó mi papá, le tiré del pantalón y le dije:
- Decile, papá, decile que existe el Río Perdido.
Y entonces el señor de uniforme dijo:
- Mirá niño, este país depende de que los mapas sean fieles a la realidad. Cualquier cosa que existiera y no estuviese aquí en el mapa del servicio oficial de guardaparques de los Estados Unidos, sería una amenaza contra la seguridad del país. Así que si en este mapa dice que el Río Perdido no existe, el Río Perdido no existe.
Yo seguí tirando de la manga de mi papá y le dije:
- Papá, decile...
Mi papá necesitaba el trabajo, así que bajó la cabeza y dijo:
- No hijo, el es experto, si el dice que no existe...
Y ese día aprendí algo: Cuidado con los expertos. Si nadaste en un lugar, si mojaste tu cuerpo en un río, si te bañaste de sol en una orilla, no dejes que los expertos te convenzan de que no existe. Confiá mas en tus sensaciones que los expertos, porque los expertos, son gente que se moja pocas veces.
 

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27 Octubre 2007
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el mundo
Una pareja viene a verme a mi consulta y me dice:
- Nos vamos a casar, queremos tener hijos...
Entonces yo les digo:
- Saben ustedes que si quedan embarazados a partir de aquí, nueve meses, mas dos años, no pueden separarse pase lo que pase entre ustedes?
- ¿Cómo que no nos podemos separar?. ¿Quién lo dice?.
- Yo.
 

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27 Octubre 2007
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el mundo
Cuenta una vieja historia que había una vez un señor muy poco inteligente al que siempre se le perdía todo. Un día alguien le dijo:
- Para que no se te pierdan las cosas, lo que tenés que hacer es anotar dónde las dejás.
Esa noche, al momento de acostarse, agarró un papelito y pensó: “Para que no se me pierdan las cosas...”.
Se sacó la camisa, la puso en el perchero, agarró un lápiz y anotó: “la camisa en el perchero”, se sacó el pantalón, lo puso a los pies de la cama y anotó: “el pantalón a los pies de la cama”, se sacó los zapatos y anotó: “los zapatos debajo de la cama”, se sacó las medias y anotó: “las medias dentro de los zapatos debajo de la cama”.
A la mañana siguiente, cuando se levantó, buscó las medias donde había anotado que las dejó, se las puso, los zapatos donde estaban anotados, los encontró y se los puso, lo mismo sucedió con la camisa y el pantalón. Y entonces preguntó:
- ¿Y yo dónde estoy?
Se buscó en la lista una y otra vez, y como no se vio anotado, nunca mas se encontró a si mismo.
 

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27 Octubre 2007
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Una señora va a una aerolínea a compara dos pasajes en primera clase a Madrid. En la conversación, al pedir los nombres de los pasajeros el empleado descubre que el acompañante de la señora es un mono. La compañía se opone y el argumento de que si ella paga el pasaje puede viajar con quien quiera es radicalmente rechazado.
Si bien en un principio la compañía adopta esta actitud, una oportuna corta de recomendación de un político de turno logra que le den un permiso para llevar al mono, no en un asiento sino en una jaula, como marcaba la norma, tapado con una lona, pero en la zona de equipaje de las azafatas en el fondo de la cabina del avión.
La mujer acepta la negociación de mal grado y el día del vuelo sube al avión con la jaula cubierta con una lona verde que llevaba bordado el nombre del mono: FEDERICO. Ella misma lo traslada al estante de puerta de tijera del fondo y se despide de el. “Pronto estaremos en tu tierra, Federico , como se lo prometí a Joaquín”.
Da un vistazo para controlar el lugar y vuelve a primera clase a acomodarse en su asiento.
A mitad del viaje, una azafata muy atenta tiene la ocurrencia de convidar al mono con una banana, y para su sorpresa, se encuentra con que el animal está tirado inmóvil en el piso de la jaula. La azafata ahoga un grito de horror { y llama al comisario de a bordo, no tan preocupada por el mono como por su trabajo. Todos sabían que la señora dueña del mono venía muy recomendada.
En el avión se arma un tremendo desparramo. Todos corren de aquí para allá. El comandante se acerca a Federico y le hace respiración boca a boca y masaje cardíaco. Durante mas de una hora intentan reanimarlo, pero no ocurre nada. El animal está definitivamente muerto.
La tripulación decide enviar un cable a la base para explicar la situación. La respuesta que reciben tarda media hora e llegar. Hay que evitar que la pasajera se entere de lo sucedido. “Si la señora hace un escándalo posiblemente los dejen a todos en la calle. Tenemos una idea. Sáquenle una foto al mono y mándenla por fax al aeropuerto de Barajas en Madrid. Nosotros daremos instrucciones para reemplazar el simio apenas aterrice el avión”.
El personal a cargo efectúa la orden al pie de la letra. Envían la foto y en el aeropuerto ya se están llevando a cabo los preparativos para la operación de sustitución. Mientras esperan que el avión aterrice, comparan la foto del mono de la pasajera con el mono conseguido. Al mono muerto le falta un diente, entonces le arrancan uno con una tenaza al falso Federico. Luego ven que aquel tiene una marca rojiza en la frente, así que con matizador maquillan al mono nuevo. Detalle por detalle arreglan las diferencias hasta que finalmente u rápido hachazo equipara el largo de sus colas. Terminan el trabajo justo, justo cuando el avión aterriza. Las asistentes suben rápidamente, sacan a Federico de la jaula, lo tiran al cesto de basura y ponen al mono nuevo en su lugar. Lo tapan con la lona y el comisario es designado para entregarlo.
Con una sonrisa, el hombre entrega la jaula a la señora mientras dice:
- Señora, su mono
La señora levanta la lona y dice:
- ¡Ay Federico!. Estamos otra vez en tierra.
Pero cuando lo mira bien, exclama:
- ¡Este no es Federico!.
- ¿Cómo que no es?. Miré tiene rojizo acá, le falta el dientito...
-¡ Este no es Federico!
- Señora, todos los monos son iguales, ¿cómo sabe que no es Federico .
- Porque Federico... estaba muerto.
Y entonces todos se enteran de lo que nunca pensaron. La señora llevaba la mono a España para enterrarlo, porque era una promesa que le había hecho a su marido antes de morir.
 

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27 Octubre 2007
3.914
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Me acuerdo siempre del viejo chiste que me contaron de una señora un poco ingenua que sale de una charla mía y en el hall de la sala le dice al marido:
- Decime viejo, ¿nosotros tenemos relaciones sexuales?
El marido la mira y le dice:
- ¡Si, claro, mi amor, claro que tenemos!
Y ella dice:
- ¿Y por que nunca las invitamos?
 

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27 Octubre 2007
3.914
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el mundo
JUASJUAS JUAS ATENCION A ESTA JEJEJEJ


:D :D :D :D :D

- Estás comiendo un poco rápido.
- No, sos vos el que masticás demasiado.
- No, no, no... sos vos.
- Porque tu milanesa es mas chica.
- No, la tuya era mas grande.
- Esperá un poco, no te apures.
- Esperá que ahora me falta.
- Esperá que tomo agua....
- Dale, ahora si.
- ¿Estás lista?
- ¡A la una... a las dos... y a las tres!.

:D :D :D PUES ES IGUAL DE ESTUPIDO""""
que si hicieramos esto jajaajaja

La historia de los gemidos de la habitación de al lado en los hoteles baratos es significativa:

- Dale
- Apurate.
- No pará un poqui... No, seguí.
- Pará...
- Daleeee.
- No me apu....
- ¿Tas?
- No, no, no
- Si, si...
- Ahora vos.
- Ahora yo.
- ¿Y?.
- No, no , pará un cachito...
- Ay...
- ¿Que pasó?
- Se me escapó. ¡¡Que pelotudo!!.
 

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27 Octubre 2007
3.914
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Un hombre que padece de eyaculación precoz ha sido intimado por su pareja a resolver su problema o...
Desesperado, el hombre consulta a un famoso sexólogo de la ciudad que ha adquirido fama por los éxitos obtenidos en pacientes con problemas como el suyo.
El médico lo examina, le hace preguntas, lo mira con un aparato de extraños rayos azules y luego le dice:
- Bueno, mi amigo. Buenas noticias, estamos en condiciones de curarlo de su problema.
- ¿Si doctor?. Que suerte, ¿qué tengo que hacer?.
- Mire, el método es sencillo pero requiere de cierta paciencia para ejecutarlo.
- ¿Qué quiere decir paciencia, doctor?. ¿Cuánto tiempo voy a tardar hasta curarme?
- Mire, depende de cada paciente, pero yo diría que en quince días va a estar en condiciones de intentar una relación con su esposa.
- No, doctor... De ninguna manera, esto tiene que resolverse hoy mismo... mi esposa se va a divorciar si no lo soluciono.
- Mire, señor, nunca he intentado el método con esa urgencia pero si usted se anima a esforzarse y dedicarme el día, quizás esta noche pueda dar la nota.
- Lo que sea, doctor, lo que sea.
- Muy bien. Comencemos entonces. ¿Comida francesa, italiana o española?.
- No sé doctor, ¿qué me dice?.
- Elija, hombre. Usted decide...
- Bueno... no se... italiana, doctor.
- Bien. Vamos.
Médico y paciente salen de la consulta y se meten, guiados por aquél, en el restorán de Giusseppe, el de la esquina.
- Se trata de esto. Usted debe aprenderse el menú de memoria.
- ¿Cómo?
- Si, si. Primero tres o cuatro entradas, tres o cuatro platos principales y tres o cuatro postres.
- ¿Y?
- Después de aprenderlos se los va a repetir mentalmente hasta que se transformen para usted en un mantra, en una frase automatizada.
- ¿Y?
- Así hasta recordar todo el menú. Mis estudios demuestran que no hay nada mas inhibitorio del orgasmo que pensar en comida. Así que cuando usted llegue a su cama para encontrase con su mujer empezará a repetirse la lista de platos aprendida y entonces pospondrá su eyaculación.
- Maravilloso, doctor.
- Bien. Vamos a ver. ¿Qué primeros platos elige para empezar?.
- Ehhh... vitel toné... ensalada capresse... muzzarella in carrozza... pan de pizza...
- Muy bien, repita eso, a ver.
- Vitel toné, ensalada capresse, muzzaella in carroza...
- ¡Pan de pizza!
- Ah, si pan de pizza.
- Siga... ahora cuatro platos.
- Canelones alla Rossini... lasagna... bagna cauda... lingüini putanesca...
- Repita, repita
- Canelones, lasagna, bagna cauda, lingüini putanesca.
- Ahora todo está aquí. vamos
- Vitel toné. Ensalada Capresse. Muzarella in carroza. Pan de pizza. Canelones alla Rossini. Lasagna. Bagna cauda. Lingüini putanesca.
Así sigue la memorización durante horas y horas hasta que el paciente memoriza entra la carta del restorán, cerca de cincuenta platos y mas de doce postres.
El paciente, repitiendo su lista, se dirige al departamento.
- Vitel toné. Ensalada capresse. Muzzarella...
Repitiendo la lista entra en su casa.
- ...Canelones alla Rossini. Lasagna. Bagna cauda...
Y al ver a la mujer le dice:
- Vieja, vamos al dormitorio. El médico es un genio. Estoy curado. La mujer y su marido entran en el cuarto y se tiran en la cama.
Ella se acuesta de espaldas boca arriba para recibirlo. El hombre se planta frente a ella, se saca los calzoncillos y dice:
- Vitel toné... ensalaaaa... ¡Mozo!, ¡café y la cuenta!.
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
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el mundo
El explorador occidental de la India. Entra en un templo tántrico y ve en las paredes escrito por todos lados el número 85. Un montón de monjes recorren el lugar cantando una canción que dice: “85.... 85.... 85....” El explorador pregunta:
- ¿De que se trata?
El que parece mas anciano de los monjes le dice:
- 85 son las posiciones para hacer el amor descriptas en el Kama Sutra.
El explorador exclama sorprendido:
-¡¿85?!. Pensar que yo conozco solo una: el hombre arriba y la mujer abajo.
Los monjes lo miran sorprendidos y siguen recorriendo el templo al grito de :
- ¡86.... 86.... 86....!
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
71
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el mundo
Cuentan que Dios le dijo un día a Adán
- Adán, tengo una buena y una mala noticia para darte.
- ¿Cuál es la buena?
- La buena es que voy a regalarte dos nuevos órganos para incluir en tu cuerpo.
- Muchas gracias, ¿de que se trata?
- El primero es un cerebro pensante, que pondré en tu cabeza. Te servirá para razonar, para calcular y para resolver cualquier problema que tengas.
- ¡Uy, que bien!. ¿Y el segundo?.
- El segundo es un pene, que colgaré entre tus piernas. Ese te permitirá momentos de placer exquisitos y encuentros espectaculares con Eva.
- Muchas gracias, mi Señor, realmente creo que voy a hacer un buen uso de estos dos regalos. ¿Cuál es la mala noticia?
- La mala noticia es que no vas a poder usar los dos al mismo tiempo
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
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el mundo
Cuentan que una mujer llega a un consultorio médico porque tenía tortícolis. Entra con el cuello torcido, el médico la revisa, le hace una radiografía, no encuentra lesiones anatómicas y le dice:
- ¿Hace mucho que lo tiene?
- No... – dice la mujer -, hace unos doce o quince años
- ¿Y usted a que se dedica?.
- Bueno, trabajo en una oficina, hago las cosas de la casa...
- ¿Y tuvo algún golpe?
- No, nunca.
El médico piensa, no sabe que preguntar...
- ¿La alimentación?
- Normal, como todo sin problema.
- ¿Algún deporte violento?
- No, nada juego a las cartas.
Como el médico ya no sabe que preguntar, le dice:
- ¿Vida sexual?
- Normal, dos o tres veces por semana... él arriba y yo abajo... normal.
- Bueno, el arriba y usted abajo o al revés.
- ¿Está loco?. ¿Cómo veo tele?
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
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el mundo
Cuando estaba enamorado, había mariposas por todas partes, la voluptuosidad de la pasión me carcomía la cabeza. Durante todo ese tiempo no escribí, no trabajé, no me encontré con los amigos. Vivía pendiente de los movimientos o de la quietud de mi amada, consumía montañas de cigarrillos y toneladas de vitaminas, me afeitaba dos y hasta tres veces por día, hacía dietas, caminatas. Me perseguía hasta la certeza de la paranoia del engaño, pensaba todo el tiempo en besarla, en mirarla, en acariciarla. Durante semanas gasté demasiado dinero, demasiada esperanza, demasiada crema para el sol, demasiado esperma y demasiado perfume. Escuchaba demasiada música clásica, utilizaba demasiado tiempo, consumí toda mi tolerancia y agoté hasta la última de mis lágrimas. Por eso siempre digo recordando s esos momentos. Nunca he sufrido tanto como cuando era feliz.
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
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el mundo
El rey Arturo había enfermado. En tan sólo dos semanas su debilidad lo había postrado en su cama y ya casi no comía. Todos los médicos de la corte fueron llamados para curara al monarca pero nadie había podido diagnosticar su mal. Pese a todos los cuidados, el buen rey empeoraba.
Una mañana, mientras los sirvientes aireaban la habitación donde el rey yacía dormido, uno de ellos le dijo al otro con tristeza.
- Morirá...
En el cuarto estaba Sir Galahad, el mas heroico y apuesto de los caballeros de la mesa redonda y compañero de las grandes lides de Arturo.
Galahad escuchó el comentario del sirviente y se puso de pie como un rayo, tomó al sirviente de las ropas y le gritó:
- Jamás vuelvas a repetir esa palabra, ¿entiendes?. El rey vivirá, el rey se recuperará... Sólo necesitamos encontrar al médico que conozca su mal, ¿oíste?.
El sirviente, temblando, se animó a contestar.
- Lo que pasa, Sir, es que Arturo no está enfermo, está embrujado. Eran épocas donde la magia era tan lógica y natural como la ley de gravedad.
- ¡Por que dices eso, maldición! – preguntó Galahad.
- Tengo muchos años, mi señor, y he visto decenas de hombres y mujeres en esta situación, solamente uno de ellos ha sobrevivido.
- Eso quiere decir que existe una posibilidad... Dime como lo hizo ése, el que escapó de la muerte.
- Se trata de conseguir un brujo mas poderoso que el que realizó el conjuro, si eso no se hace, el hechizado muere.
- Debe haber en el reino un hechicero poderoso – dijo Galahad -, pero si no está en el reino lo iré a buscar del otro lado del mar y lo traeré.
- Que yo sepa hay solamente dos personas tan poderosas como para curar a Arturo, Sir Galahad, uno es Merlín, que aun en el caso de que se enterarara tardaría dos semanas en venir y no creo que nuestro rey pueda soportar tanto.
- ¿Y la otra?
El viejo sirviente bajó la cabeza moviéndola de un lado a otro negativamente.
- La otra es la bruja de la montaña... Pero aun cuando alguien fuera suficientemente valiente para ir a buscarla, lo cual dudo, ella jamás vendría a curar al rey que la expulsó del palacio hace tantos años.
La fama de la bruja era realmente siniestra. Se sabía que era capaz de transformar en su esclavo al mas bravo guerrero con sólo mirarlo a los ojos, se decía que son sólo tocarla se le helaba a uno la sangre en las venas, se contaba que hervía a la gente en aceite para comerse su corazón.
Pero Arturo era el mejor amigo que Galahad tenía en su vida, había batallado a su lado cientos de veces, había escuchado sus penas mas banales y las mas profundas. No había riesgo que el no corriera por salvar a su soberano, a su amigo, y a la mejor persona que había conocido.
Galahad calzó su armadura y montando su caballo se dirigió a la montaña Negra donde estaba la cueva de la bruja.
Apenas cruzó el río, notó que el cielo empezaba a oscurecer. Nubes opacas y densas parecían ancladas al pie de la montaña. Al llegar a la cueva, la noche parecía haber caído en pleno día.
Galahad desmontó y caminó hacia el agujero en la piedra. Verdaderamente el frío sobrenatural que salía de la gruta y el olor fétido que emanaba del interior lo obligaron a replantear su empresa, pero el caballero resistió y siguió avanzando por el piso encharcado y el lúgubre túnel. De vez en cuando, el aleteo de un murciélago lo llevaba a cubriese instintivamente los ojos.
A 15 minutos de marcha, el túnel se abría en una enorme caverna impregnada de un olor acre y de una luz amarillenta generada por cientos de velas encendidas. En el centro, revolviendo una olla humeante, estaba la bruja.
Era una típica bruja de cuento, tal y como se la había descripto su abuela en aquellas historias de terror que le contaba en su infancia para dormir y que lo desvelaban fantaseando la lucha contra el mal que emprendería cuando tuviera edad para ser caballero de la corte.
Allí estaba, encorvada, vestida de negro, con las manso alargadas y huesudas terminadas en largas uñas que parecían garras, los ojos pequeños, la nariz ganchuda, el mentón prominente y la actitud que encarnaba el espanto.
Apenas Galahad entro, sin siquiera mirarlo la bruja le gritó:
- ¡Vete antes de que te convierta en sapo o en algo peor!
- Es que he venido a buscarte – dijo Galahad -, necesito ayuda para mi amigo que está muy enfermo.
- Je... je... je... – rió la bruja -. El rey está embrujado y a pesar de que no he sido yo quien ha hecho el conjuro, nada hay que puedas hacer para evitar su muerte
- Pues tú... tú eres mas poderosa que quien hizo el conjuro. Tú podrías salvarlo – argumentó Galahad.
- ¿Por qué haría yo tal cosa? – preguntó la bruja recordando con resentimiento el desprecio del rey.
- Por lo que pidas – dijo Galahad -, me ocuparé personalmente de que se te pague el precio que exijas.
La bruja miró al caballero. Era ciertamente extraño tener a semejante personaje en su cueva pidiéndole ayuda. Aun a la luz de las velas Galahad era increíblemente apuesto, lo cual sumado a su porte lo convertía en una imagen de gallardía y belleza.
La bruja lo miró de reojo y anunció:
- El precio es este: si curo al rey y solamente si lo curo...
- Lo que pidas... – dijo Galahad
- ¡Quiero que te cases conmigo!.
Galahad se estremeció. No concebía pasar el resto de sus días conviviendo con la bruja, y sin embargo, era la vida de Arturo. Cuantas veces su amigo había salvado la suya durante una batalla. Le debía no una, sino cien vidas... Además, el reino necesitaba de Arturo,
- Sea – dijo el caballero -, si curas a Arturo te desposaré, te doy mi palabra. Pero por favor, apúrate, temo llegar al castillo y que sea tarde para salvarlo.
En silencio, la bruja tomó una maleta, puso unos cuantos polvos y brebajes en su interior, recogió una bolsa de cuero llena de extraños ingredientes y se dirigió al exterior, seguida por Galahad.

Al llegar afuera, Sir Galahad trajo su caballo y con el cuidado con que se trata a una reina ayudó a la bruja a montar en la grupa. Montó a su vez y empezó a galopar hacia el castillo real.
Una vez en el castillo, gritó a los guardias para que bajaran el puente, y con reticencia lo hicieron.
Franqueado por la gente de aquella fortaleza que murmuraba sin poder creer lo que veía o se apartaba para no cruzar su mirada con la horrible mujer, Galahad llegó a la puerta de acceso a las habitaciones reales.
Con la mano impidió que la bruja se bajara por sus propios medios y se apuró a darle el brazo para ayudarle. Ella se sorprendió y lo miró casi con sarcasmo.
- Si es que vas a ser mi esposa – le dijo – es bueno que seas tratada como tal.
Apoyada en el brazo de él, la bruja entró en la recámara real. El rey había empeorado desde la partida de Galahad, ya no despertaba ni se alimentaba.
Galahad mandó a todos a abandonar la habitación. El médico personal del rey pidió permanecer y Galahad consintió.
La bruja se acercó al cuerpo de Arturo, lo olió, dijo algunas palabras extrañas y luego preparó un brebaje de un desagradable color verde que mezcló con un junco. Cuando intentó darle a beber el líquido al enfermo, el médico le tomó la mano con dureza.
- No – dijo -. Yo soy el médico y no confío en la brujerías. Fuera de...
Y seguramente habría continuado diciendo “... de este castillo”, pero no llegó a hacerlo, Galahad estaba a su lado con la espada cerca del cuello del médico y la mirada furiosa.
- No toques a esta mujer – dijo Galahad -, y el que se va eres tú... ¡Ahora! – gritó!
El médico huyó asustado. La bruja acercó la botella a los labios del rey y dejó caer el contenido en su boca.
- ¿Y ahora? – preguntó Galahad.
- Ahora hay que esperar – dijo la bruja.
Ya en la noche, Galahad se quitó la capa y armó con ella un pequeño lecho a los pies de la cama del rey. El se quedaría en la puerta de acceso cuidando de ambos.

A la mañana siguiente, por primera vez en muchos días, el rey despertó.
- ¡Comida! – gritó -. Quiero comer... Tengo mucha hambre.
- Buenos días, majestad – saludó Galahad con una sonrisa, mientras hacía sonar la campanilla para llamar a la servidumbre.
- Mi querido amigo – dijo el rey -, siento tanta hambre como si no hubiese comido en semanas.
- No comiste en semanas – le confirmó Galahad.
En eso, a los pies de su cama apareció la imagen de la bruja mirándolo con una mueca que seguramente reemplazaba en ese rostro a la sonrisa. Arturo creyó que era una alucinación. Cerró los ojos y se los refregó hasta comprobar que, en efecto, la bruja estaba allí, en su propio cuarto.
- Te he dicho cientos de veces que no quería verte cerca del palacio. ¡Fuera de aquí! – ordenó el rey.
- Perdón, majestad – dijo Galahad -, debes saber que si la echas me estás echando también a mi. Es tu privilegio echarnos a ambos, pero si se va ella me voy yo.
- ¿Te has vuelto loco? – preguntó Arturo - ¿Adonde irías tu con este monstruo infame?.
- Cuidado, alteza, estás hablando de mi futura esposa.
- ¿Qué? ¿Tu futura esposa?. Yo he querido presentarte a las jóvenes casaderas de las mejores familias del reino, a las princesas mas codiciadas de la región, a las mujeres mas hermosas del mundo, y las has rechazado a todas. ¿Cómo vas ahora a casarte con ella?
La bruja se arregló burlonamente el pelo y dijo:
- El precio que ha pagado para que yo te cure.
- ¡No! – gritó el rey -. Me opongo. No permitiré esta locura. Prefiero morir.
- Está hecho, majestad – dijo Galahad.
- Te prohibo que te cases con ella – ordenó Arturo.
- Majestad – contestó Galahad -, existe sólo una cosa en el mundo mas importante para mi que una orden tuya, y es mi palabra. Yo hice un juramento y me propongo cumplirlo. Si tú te murieses mañana, habría dos eventos en un mismo día.
El rey comprendió que no podía hacer nada para proteger a su amigo de su juramento.
- Nunca podré pagar tu sacrificio por mi, Galahad, eres mas noble aún de lo que siempre supe. – El rey se acercó a Galahad y lo abrazó -. Dime aunque sea que puedo hacer por ti.
A la mañana siguiente, a pedido del caballero, en la capilla del palacio el sacerdote casó a la pareja con la única presencia de su majestad el rey. Al final de la ceremonia, Arturo entregó a Sir Galahad su bendición y un pergamino en el que cedía a la pareja los terrenos del otro lado del río y la cabaña en lo alto del monte.
Cuando salieron de la capilla, la plaza central estaba insulsamente desierta, nadie quería festejar ni asistir a esa boda, los corrillos del pueblo hablaban de brujerías, de hechizos trasladados, de locura y posesión...
Galahad condujo el carruaje por los ahora desiertos caminos en dirección al río y de allí por el camino alto hacia el monte.
Al llegar, bajó presuroso y tomando a su esposa amorosamente por la cintura la ayudó a bajar del carro. Le dijo que guardaría los caballos y la invitó a pasar a su nueva casa. Galahad se demoró un poco mas porque prefirió contemplar la puesta del sol hasta que la línea roja terminó de desaparecer en el horizonte. Recién entonces Sir Galahad tomó aire y entró.
El fuego del hogar estaba encendido y, frente a el, una figura desconocida estaba de pie, de espaldas a la puerta. Era la silueta de una mujer vestida en gasas blancas semitransparentes que dejaba adivinar las curvas de un cuerpo cuidado y atractivo.
Galahad miró a su alrededor buscando a la mujer que había entrado unos minutos antes, pero no la vio.
- ¿Dónde está mi esposa? – Preguntó.
La mujer giró y Galahad sintió su corazón casi salírsele del pecho. Era la mas hermosa mujer que había visto jamás. Alta, de tez blanca, ojos claros, largos cabellos rubios y un rostro sensual y tierno a la vez. El caballero pensó que se habría enamorado de aquella mujer en otras circunstancias.
- ¿Dónde está mi esposa? – repitió, ahora un poco mas enérgico.
La mujer se acercó un poco y en un susurro le dijo:
- Tu esposa, querido Galahad, soy yo.
- No me engañas, yo se con quien me casé – dijo Galahad – y no se parece a ti ni en lo mas mínimo.
- Has sido tan amable conmigo, querido Galahad, has sido cuidadoso y gentil conmigo aun cuando sentías que aborrecías mi aspecto, me has defendido y respetado tanto como nadie lo hizo nunca, que te creo merecedor de esta sorpresa... La mitad del tiempo que estemos juntos tendré este aspecto que ves y la otra mitad del tiempo, el aspecto con el que conociste... – la mujer hizo una pausa y cruzó su mirada con la de Sir Galahad -. Y como eres mi esposo, mi amado y maravilloso esposo, tu privilegio es tomar esta decisión: ¿Qué prefieres, esposo mío? ¿Quieres que sea ésta de día y la otra de noche o la otra de día y esta de noche?
Dentro del caballero el tiempo se detuvo. Este regalo del cielo era mas de lo que nunca había soñado. El se había resignado a su destino por amor a su amigo Arturo y allí estaba ahora pudiendo elegir su futura vida. ¿Debía pedirle a su esposa que fuera la hermosa de día para pasearse ufanamente por el pueblo siendo la envidia de todos y padecer en silencio y soledad la angustia de sus noches con la bruja? ¿O mas bien debía tolerar las burlas y desprecios de todos los que lo vieran del brazo con la bruja y consolarse sabiendo que cuando anocheciera tendría para el solo el placer celestial de la compañía de esta hermosa mujer de la cual ya se había enamorado?. Sir Galahad, el noble Sir Galahad, pensó y pensó y pensó, hasta que levantó la cabeza y hablo:
- Ya que eres mi esposa, mi amada y elegida esposa, te pido que seas... lo que tu quieras ser en cada momento del día de nuestra vida juntos...
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
71
0
el mundo
JA :D :D :D :D JA

:D :D
Cuentan de un hombre que en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires conduce su automóvil a contramano por la importante avenida Santa Fe.
Escucha por su radio un reporte de tránsito que dice:
“Un automóvil se desplaza por la avenida Santa Fe en sentido contrario”.
El hombre mira al frente y exclama:
“¡Un auto dice! ¡Ja! ¡Como mil hay! ¡Como mil!...”
:D :D :D :D
 

Mario_12345

Semilla
11 Marzo 2008
298
1
0
Buenas motaman,
He estado perdio por ahi, pero llebo 2 horas en este post y ya he llegao al final jaja, pensaba que esta noche no iba a dormir, la verdad.
¿Los cuentos que escribes lo haces a mano? porque tienes que ser una máquina escribiendo con una mano y con la otra haciendote canus jeje.
Saludos
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
71
0
el mundo
hola mario,claro tio,asi practicco.
los cojo de los libros que tengo por casa,y asi entre peta y pte.tiro de libreta,juas.....

TAS FUMAO O KE TIU!!!!!!! 8O SON CUENTOS E HISTORIS QUE TENGO EN MENTE,ya que soy muy aficionado a ese tipo de fabula,o cuento reflexivo.Tengo granvariedad de ese tipo de lectura,busco en google y click,clack
salu2

Un Rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
—¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
La flor contestó:
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda.

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia.
Simplemente mirate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podés disfrutarlo y florecer regado con tu amor por vos, o podés marchitarte en tu propia condena.
 

motaman

Semilla
27 Octubre 2007
3.914
71
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el mundo
Un hombre trabaja en el jardín de su casa.
Un joven pasa en moto y le grita:
—¡¡Cornuuuuudoooo!!
El hombre gira lentamente la cabeza y ve alejarse al joven en su moto a toda velocidad.
Sigue con su trabajo y, a los cinco minutos, el mismo joven pasa en la moto y le grita:
—¡¡Cornuuuuudoooo!!
El hombre levanta rápidamente la vista para ver alejarse, otra vez, la espalda del motociclista.
Menea la cabeza de lado a lado y, con la frente gacha, entra en la casa. Va hasta la cocina y encuentra a su esposa que está cortando unas verduras. Le pregunta:
—¿Vos andás en algo raro, che?
—¿A qué viene eso? —pregunta la esposa.
—No, lo que pasa es que hay un tipo que a cada rato pasa en una moto y me grita cornudo y entonces...
—¿Y vos le vas a prestar atención a lo que cualquier idiota desconocido te grite?
—Tenés razón, querida, disculpame...
Le da un beso en la mejilla y vuelve al jardín.
A los diez minutos, pasa el de la moto y le grita:
—¡¡¡Cornudo y alcahueteeeeeee!!!
:D :D :D
 
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