Poda de raíces en plantas de marihuana ¿En qué casos podar y por qué?
Es una técnica que generalmente se practica en los bonsáis que se encuentran en contenedores y se lleva a cabo para limitar el volumen (masa foliar) de estos.
En el autocultivo de marihuana, por regla general, utilizamos esta técnica para la conservación de nuestras plantas madre en contenedores relativamente pequeños. Pasado cierto tiempo (entre 6 meses y un año), las raíces saturan el medio de cultivo y hay que proceder a practicar esta técnica.
Como bien indica su nombre, esta técnica consiste en quitar cierto volumen de raíces y de sustrato de la planta ya que el contenedor «se ha quedado pequeño» y necesita un trasplante a un contenedor mayor, pero no nos interesa ya que tenemos un cierto número de madres y nos interesa conservarlas a todas sin aumentar los litros de los contenedores que las mantienen, ya que así, en el mismo espacio nos cogen un mayor numero de ellas.
El volumen que se aconseja quitar no debe exceder de 1/3 del volumen de la planta. Lo ideal es quitar de todas las paredes por igual y quitar más de la parte inferior del contenedor que es donde se acumulan los mayores porcentajes de sales.
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Para la poda de raíces de una planta de marihuana nos hará falta
– Unas tijeras de podar y un cuchillo «tipo sierra», por supuesto, hay que extremar las medidas de higiene desinfectando las herramientas.
– Hay que procurar que las raíces no estén mucho tiempo expuestas a la luz y el aire.
– Hay que vigilar que el sustrato no esté húmedo y este más bien seco ya que nos ayudará a eliminar lo que queremos sin que se provoque un desmoronamiento.
– Cuando la poda se ha terminado, es conveniente pulverizar un enraizante en las zonas afectadas ya que ayudará a activar la colonización del nuevo sustrato que repondremos.
Realizando adecuadamente esta técnica, la planta sufrirá muy poco y recuperará un crecimiento normal en poco tiempo.
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