Seguimiento psicológico: alcoholismo y vuelta a plantar tras 3 años en barbecho
Tras tres años sin cultivar, y en los cuales he fumado dos veces solamente, este año he decidido volver.
Muchas veces en ocasiones especiales, mi novia y yo lamentábamos no tener algo bueno para fumar. Ella también tenía la curiosidad de fumar algo realmente bueno, cultivado por mí, y no esas marihuanas infames que compré un par de veces puntualmente por San Juan durante estos años.
En su momento me quité de plantar y fumar porque la marihuana me estaba dejando sin vida, metafóricamente hablando. Vivía para plantar y plantaba para fumar. Llevaba 7 años en una carrera de 3 -ingeniero técnico- en la que aún sobrevivía gracias a la infinita paciencia de mis padres. Apenas estudiaba, dejé de ir a clases, plantaba en macetas en un balcón y en guerrillas que no sé como no me costaron la vida, con esas panzás de bicicleta en verano, cargado con 10 litros de agua en la espalda, y en mitad de la siesta para que nadie me viera.
Cuando enpecé a fumarme las plantas con apenas un mes de floración, y estando a punto de fracasar nuevamente en la convocatoria de junio, decidí pedir ayuda en el servicio de asistencia psicológica de la universidad. Por supuesto el primer día fui drogado, me evaluó una chica, y en la siguiente sesión esa misma chica y una doctora en psicología me preguntaron que qué quería. Yo les dije que quería poder controlar mis impulsos, y fumar unas pocas veces por semana, o como mucho una vez al día, a la noche. La doctora se interesó por el origen de lo que me fumaba, y me preguntó si alguna vez me había planteado dejar de cultivar, ya que era lo único que fumaba. Yo pensé "esta tía no ha comprendido que REALMENTE me gusta plantar" pero me convenció cuando me dijo que si me marcaba como meta fumar cada tres o cuatro días, iba a pasarme toda la semana pensando en el siguiente, con la ansiedad que conlleva, y ahí decidí dejar de plantar.
Durante una época, sustituí los porros por alcohol -claro síntoma de que no debí dejar la terapia tan pronto, que apenas duró unas semanas- pero a los pocos meses ya sólo bebía los fines de semana.
Durante estos tres años he pensado mucho en mi tendencia natural a las adicciones. Os vais a reir, pero soy incapaz de hacer prácticamente nada sin mi dosis de cafeína o teina. Mi suegra me mandó té de coca de Colombia -perfectamente legal- y yo me hacía unas infusiones súper concentradas, buscando el efecto hiperestimulante del clorhidrato de cocaina, que por otro lado sólo conozco de oidas. Durante una semana me dió por el hipérico -un antidepresivo natural- pero su baja potencia me aburrió a los pocos días.
Siempre me ha sorprendido las ganas de hacer cosas que me da el alcohol. Un sábado empezando con un almuerzo-desayuno con bastante cerveza, me rinde más que toda la semana. Ordenar y limpiar el sótano, darle una vuelta a los canarios, regar los peyotes, arreglar el jardín, podar la enredadera, clasificar cientos de fotos que tenía acumuladas, preparar concursos de fotografía.....
En estos tres años también me he planteado muchas veces dejar el alcohol. Sobre todo después de una buena resaca. En mi familia hay muertos por cancer de hígado y vesícula, y si piensas lo poco que bebían, y la mucha verdura que comían, no hay que ser muy listo para pensar que tengo muchas posibilidades de morir bastante antes que ellos, ya que me cuido muchísimo menos.
Hay tres aspectos concretos del alcohol que siempre me dan mucho que pensar:
1º es el punto de no retorno: aunque vaya borrachísimo, siempre voy a seguir bebiendo
2º bebo para emborracharme, no para charlar un rato con algún amigo. Es algo que a mis padres les ha indignado, pero siempre les contesto lo mismo: duermes para descansar, comes para no tener hambre, cuando te duchas te duchas entero, bebes para emborracharte. ¿para qué envenenarte sólo un poquito, sin experimentar la agradable embriaguez? para eso no te tomas nada y punto
3º no puede haber alcohol en mi casa. Si hay, me lo bebo, igual que cuando había marihuana fumaba. Cuando quería beber iba y compraba, pero nada de tener en casa.
Cuando dejé la marihuana, a los pocos meses conocí a mi actual pareja, que es psicóloga, y se parte de risa con algunos post de la sección de salud del foro, pero eso es harina de otro costal. El caso es que me ha ayudado mucho a controlar el tema de mis adicciones, tanto es así, que no ha visto con demasiados malos ojos que vuelva a plantar. Con ciertas condiciones, eso sí. Básicamente, abortar la plantación si planto muchas matas, si les dedico mucho tiempo, si me gasto mucha pasta, si mis niveles de ansiedad se disparan, y como no, si empiezo a fumarme las plantas cuando apenas hayan abierto los cotiledones.
Me ha propuesto que escriba una especie de diario -aquí estoy- y que vaya describiendo cómo me siento, lo que pienso, etcétera. Dice que puedo salir muy reforzado de esta experiencia, crecer mucho, mejorar mi autocontrol.
Mi cuñada -también psicóloga- no ve con tan buenos ojos esta experiencia, de hecho lo ve como una involución. Ella estudia el cerebro desde el punto de vista bioquímico, y sabe bien cómo la marihuana puede tostarte la sesera. Tenemos ejemplos en esta sección, sin ir más lejos, pero en mi caso particular dice que con todo lo que me he metido, y encima con vaporizadores, duda mucho que me dé algo.
El tema de mi salud psicológica es algo que me ha dado que pensar con mi vuelta al mundo marihuanero. Tengo una personalidad claramente paranoide, y las sativas puras a las que tan aficionado soy, potencian mucho ese rasgo de mi personalidad (ahora tengo una hawaiian snow, un híbrido procedente del cruzamiento de una planta hawai con otra de laos, bastante parecida en sus efectos a las anfetaminas).
Por ahora, mi experimento va razonablemente bien, salvo un pequeño punto de disconformidad con mi novia. Después de esto, yo daba por sentado volver a plantar todos los años una mata, pero mi novia no está conforme con este punto.
Otro detalle es cuando fumar. Supuestamente es una planta destinada a ocasiones especiales, pero ¿cuando es una ocasión especial? ¿cumpleaños, año nuevo, San Juan, aniversarios, un sábado cualquiera....?
Tal vez inconscientemente vea en la marihuana un sustituto para el alcohol, menos tóxico. Desde luego es algo totalmente diferente en cuanto a efectos: nada es comparable a la marihuana en cuanto a cambios en tu sensibilidad y concepción del mundo. Recuerdo una vez delante del mar,me había comprado un libro de fotografía sobre criaturas abisales, y comprendí plenamente como nunca antes ese gran misterio que es el océano, y los monstruos que en él habitan. Lo mismo me pasaba cuando ojeaba otros libros de fotografía fumado, la marihuana acentuaba mi sensibilidad de una manera maravillosa, y es algo que he echado muchísimo de menos estos tres años de abstienencia.
Este que tengo entre manos es desde luego un gran proyecto: aprender a no necesitar drogarme para hacer cosas, a tener drogas y no consumirlas sin estar subiéndome por las paredes, y a consumirlas con moderación, en su dosis justa.
Creo que es algo que podría interesaros a alguno, y por eso abro este hilo. En fin, os cedo la palabra compañeros. Ya iré posteando novedades, fotos de la planta -por cierto, mi cuñada quiere que le regale una :lol:- y a ver cómo termina esta experiencia.
Tras tres años sin cultivar, y en los cuales he fumado dos veces solamente, este año he decidido volver.
Muchas veces en ocasiones especiales, mi novia y yo lamentábamos no tener algo bueno para fumar. Ella también tenía la curiosidad de fumar algo realmente bueno, cultivado por mí, y no esas marihuanas infames que compré un par de veces puntualmente por San Juan durante estos años.
En su momento me quité de plantar y fumar porque la marihuana me estaba dejando sin vida, metafóricamente hablando. Vivía para plantar y plantaba para fumar. Llevaba 7 años en una carrera de 3 -ingeniero técnico- en la que aún sobrevivía gracias a la infinita paciencia de mis padres. Apenas estudiaba, dejé de ir a clases, plantaba en macetas en un balcón y en guerrillas que no sé como no me costaron la vida, con esas panzás de bicicleta en verano, cargado con 10 litros de agua en la espalda, y en mitad de la siesta para que nadie me viera.
Cuando enpecé a fumarme las plantas con apenas un mes de floración, y estando a punto de fracasar nuevamente en la convocatoria de junio, decidí pedir ayuda en el servicio de asistencia psicológica de la universidad. Por supuesto el primer día fui drogado, me evaluó una chica, y en la siguiente sesión esa misma chica y una doctora en psicología me preguntaron que qué quería. Yo les dije que quería poder controlar mis impulsos, y fumar unas pocas veces por semana, o como mucho una vez al día, a la noche. La doctora se interesó por el origen de lo que me fumaba, y me preguntó si alguna vez me había planteado dejar de cultivar, ya que era lo único que fumaba. Yo pensé "esta tía no ha comprendido que REALMENTE me gusta plantar" pero me convenció cuando me dijo que si me marcaba como meta fumar cada tres o cuatro días, iba a pasarme toda la semana pensando en el siguiente, con la ansiedad que conlleva, y ahí decidí dejar de plantar.
Durante una época, sustituí los porros por alcohol -claro síntoma de que no debí dejar la terapia tan pronto, que apenas duró unas semanas- pero a los pocos meses ya sólo bebía los fines de semana.
Durante estos tres años he pensado mucho en mi tendencia natural a las adicciones. Os vais a reir, pero soy incapaz de hacer prácticamente nada sin mi dosis de cafeína o teina. Mi suegra me mandó té de coca de Colombia -perfectamente legal- y yo me hacía unas infusiones súper concentradas, buscando el efecto hiperestimulante del clorhidrato de cocaina, que por otro lado sólo conozco de oidas. Durante una semana me dió por el hipérico -un antidepresivo natural- pero su baja potencia me aburrió a los pocos días.
Siempre me ha sorprendido las ganas de hacer cosas que me da el alcohol. Un sábado empezando con un almuerzo-desayuno con bastante cerveza, me rinde más que toda la semana. Ordenar y limpiar el sótano, darle una vuelta a los canarios, regar los peyotes, arreglar el jardín, podar la enredadera, clasificar cientos de fotos que tenía acumuladas, preparar concursos de fotografía.....
En estos tres años también me he planteado muchas veces dejar el alcohol. Sobre todo después de una buena resaca. En mi familia hay muertos por cancer de hígado y vesícula, y si piensas lo poco que bebían, y la mucha verdura que comían, no hay que ser muy listo para pensar que tengo muchas posibilidades de morir bastante antes que ellos, ya que me cuido muchísimo menos.
Hay tres aspectos concretos del alcohol que siempre me dan mucho que pensar:
1º es el punto de no retorno: aunque vaya borrachísimo, siempre voy a seguir bebiendo
2º bebo para emborracharme, no para charlar un rato con algún amigo. Es algo que a mis padres les ha indignado, pero siempre les contesto lo mismo: duermes para descansar, comes para no tener hambre, cuando te duchas te duchas entero, bebes para emborracharte. ¿para qué envenenarte sólo un poquito, sin experimentar la agradable embriaguez? para eso no te tomas nada y punto
3º no puede haber alcohol en mi casa. Si hay, me lo bebo, igual que cuando había marihuana fumaba. Cuando quería beber iba y compraba, pero nada de tener en casa.
Cuando dejé la marihuana, a los pocos meses conocí a mi actual pareja, que es psicóloga, y se parte de risa con algunos post de la sección de salud del foro, pero eso es harina de otro costal. El caso es que me ha ayudado mucho a controlar el tema de mis adicciones, tanto es así, que no ha visto con demasiados malos ojos que vuelva a plantar. Con ciertas condiciones, eso sí. Básicamente, abortar la plantación si planto muchas matas, si les dedico mucho tiempo, si me gasto mucha pasta, si mis niveles de ansiedad se disparan, y como no, si empiezo a fumarme las plantas cuando apenas hayan abierto los cotiledones.
Me ha propuesto que escriba una especie de diario -aquí estoy- y que vaya describiendo cómo me siento, lo que pienso, etcétera. Dice que puedo salir muy reforzado de esta experiencia, crecer mucho, mejorar mi autocontrol.
Mi cuñada -también psicóloga- no ve con tan buenos ojos esta experiencia, de hecho lo ve como una involución. Ella estudia el cerebro desde el punto de vista bioquímico, y sabe bien cómo la marihuana puede tostarte la sesera. Tenemos ejemplos en esta sección, sin ir más lejos, pero en mi caso particular dice que con todo lo que me he metido, y encima con vaporizadores, duda mucho que me dé algo.
El tema de mi salud psicológica es algo que me ha dado que pensar con mi vuelta al mundo marihuanero. Tengo una personalidad claramente paranoide, y las sativas puras a las que tan aficionado soy, potencian mucho ese rasgo de mi personalidad (ahora tengo una hawaiian snow, un híbrido procedente del cruzamiento de una planta hawai con otra de laos, bastante parecida en sus efectos a las anfetaminas).
Por ahora, mi experimento va razonablemente bien, salvo un pequeño punto de disconformidad con mi novia. Después de esto, yo daba por sentado volver a plantar todos los años una mata, pero mi novia no está conforme con este punto.
Otro detalle es cuando fumar. Supuestamente es una planta destinada a ocasiones especiales, pero ¿cuando es una ocasión especial? ¿cumpleaños, año nuevo, San Juan, aniversarios, un sábado cualquiera....?
Tal vez inconscientemente vea en la marihuana un sustituto para el alcohol, menos tóxico. Desde luego es algo totalmente diferente en cuanto a efectos: nada es comparable a la marihuana en cuanto a cambios en tu sensibilidad y concepción del mundo. Recuerdo una vez delante del mar,me había comprado un libro de fotografía sobre criaturas abisales, y comprendí plenamente como nunca antes ese gran misterio que es el océano, y los monstruos que en él habitan. Lo mismo me pasaba cuando ojeaba otros libros de fotografía fumado, la marihuana acentuaba mi sensibilidad de una manera maravillosa, y es algo que he echado muchísimo de menos estos tres años de abstienencia.
Este que tengo entre manos es desde luego un gran proyecto: aprender a no necesitar drogarme para hacer cosas, a tener drogas y no consumirlas sin estar subiéndome por las paredes, y a consumirlas con moderación, en su dosis justa.
Creo que es algo que podría interesaros a alguno, y por eso abro este hilo. En fin, os cedo la palabra compañeros. Ya iré posteando novedades, fotos de la planta -por cierto, mi cuñada quiere que le regale una :lol:- y a ver cómo termina esta experiencia.