La primera vez que he leído este post, me he pegado un susto increíble. Llegué a pensar que era Ardicia mi novia, con la cual justo hace unos días tuve una bronca por este mismo tema, pero luego vi que muchas cosas no concordaban y respiré aliviado. (No era tan disparatado pensarlo porque ella sabe de mi actividad en este foro). Ella dice que soy adicto, y yo me siento desmotivado y angustiado casi todo el tiempo, de ahí que busque aliviarme mediante esta planta maravillosa.
Llevo fumando a diario durante dos años, y en parte puedo decir que no es que sea la mejor relación con las drogas que se puede tener, ya que considero que la marihuana es útil para algunas situaciones, y que cuando fumarla se convierte en una rutina, ya no buscas en ella esa función aliviante, sino que recurres a ella para sentirte tal y como siempre eres, tal y como el hábito te ha conformado y acostumbrado.
Respecto a lo que hizo tu novio cuando os fuisteis de vacaciones, a mí personalmente me hubiera parecido deleznable. Una cosa es que te guste fumar, y más en medio de la naturaleza, pero existen las prioridades, y por supuesto que uno espera estar por encima de una mera substancia.
Esto va para algunos de los que le han respondido. Creo sinceramente que sólo os estáis esforzando por entenderos a vosotros mismos, y hay algunas circunstancias vitales en las que es necesario comprender al otro. Yo he tratado de comprender a mi novia, y por ello he reducido mi consumo. En nuestro caso, ambos fumamos, pero ella no le da ese uso aliviante a esta droga, sino que la utiliza con objeto lúdico. Es necesario que comprendáis que no se trata de cambiar al otro a golpe de fuerza, sino de crecer juntos. Algunos de vosotros estáis aconsejándole cosas como que terminen la relación, que se abandonen el uno al otro. Y yo me pregunto, ¿De veras sabéis lo que estáis diciendo? ¿Acaso no conocéis las implicaciones del amor y la pareja? No es tan sencillo como eso. Ardicia ha dejado claro que se aman, y es por eso que permanecen juntos y buscan hallar un remedio para esa situación tan negativa para ambos. Y sí, digo que es una situación nociva para ambos porque yo mismo puedo reconocer que vivir desinhibido y sin motivación alguna no es propio de una persona sana. Como tampoco es propio de alguien sano el hecho de tener la oportunidad de disfrutar de un paraíso natural con tu pareja y marcharte porque no tienes esa hierba. ¿Y para qué la necesita? ¿Es que acaso cuando vuelvan a casa no podrá fumarse su leño? ¿Es que acaso no le basta con lamentarse por haberse olvidado de su preciada hierba? Ojo, que a mí me pasaría lo mismo. Yo me hubiera cagado en todo si me hubiese sucedido algo semejante.
Por último, respecto a la cuestión sobre la libertad en la pareja. Es evidente que nadie, ni siquiera tu pareja, puede obligarte a nada. No obstante, una cosa es la obligación y otra muy diferente la conversación. Todos reconocemos que la honestidad es un pilar fundamental en las relaciones humanas de cualquier tipo, y en ser honesto está impreso el comunicarte, contar qué es lo que piensas u opinas. Yo que estoy en una situación parecida, puedo decir que mi novia no lo ha pasado precisamente bien viéndome así: fumado todo el día y sin ganas de vivir. Puedo entender que alguien que te ama, se preocupa por que no desperdicies tu vida en el sofá. Y es que en este caso en concreto no se trata de fumar o no, sino de vivir o no. Se puede vivir fumando todos los días, pero no se puede vivir bajo una rutina cuyo fin no puede ser otro que el hastío.