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Patologías del Cannabis: El Oídio

20 September, 2013, 13:00 PM
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Por Miguel Gimeno.- Tras los húmedos y fríos meses de Otoño e Invierno, y con los primeros calores de la primavera nos damos cuenta de la aparición de pequeñas manchas blancas superficiales sobre las hojas y con aspecto aterciopelado. El oídio comienza a dispersarse por los jardines con el trabajoso proceso de tener que realizar continuos tratamientos para controlar su población.

Nos hallamos ante una enfermedad criptogámica, que si bien no es mortal para la planta, si no se controla adecuadamente puede llegar a recubrir todos los cogollos al final de la floración, con el consiguiente peligro para la salud que puede conllevar el inhalar humo proveniente de cogollos infectados por un hongo. El agente patógeno causante de esta enfermedad son hongos ascomicetos pertenecientes a la familia ”Erysiphaceae”, en concreto los hongos del género Oidium, los cuales se caracterizan por producir un crecimiento vegetativo superficial de las hifas tanto sobre hojas, como sobre tallos y cogollos. El aspecto blanquecino y pulverulento viene dado por la esporada que producen estos hongos, de ahí que vulgarmente reciben el nombre de blanca, mal blanco, ceniza, sendreta (cenizilla en valenciano),…

Como ya he dicho, su sintomatología se manifiesta con la presencia en hoja e incluso tallos y cogollos de manchas blancas pulverulentas que son las esporas, y que puede llegar a colonizar la planta por completo en casos extremos. Es más propenso su ataque a finales del verano, cuando comienza la floración, también en cultivos de invierno en zonas templadas, pero cuando más aumentan las probabilidades de su desarrollo es durante la primavera si se alternan días lluviosos con calurosos, con lo que si no actuamos a tiempo lo arrastramos hasta el final. Un exceso de agua y de nitrógeno también puede conllevar a una aparición de oídio. La mayoría de hongos perteneciente al género oidium tienen una amplia y variada especies de plantas huésped a las que parasitar, pero también hay un pequeño número de especies que pueden estar especializados y limitados a una sola especie, género o familia vegetal.

Para que se desarrolle el oídio debe de haber una alta humedad relativa, y con una temperatura mínima en torno a los 20 ºC, por lo que la circulación de aire y el consiguiente intercambio de gases disipa este exceso de humedad relativa y reduce las probabilidades de padecer ataques indeseables. Para ello debemos procurar realizar nuestros cultivos en zonas en que el intercambio de gases esté garantizado, ahora, hay que tener cuidado con buscar zonas muy ventiladas, ya que el exceso de aire puede resultar contraproducente. Si les procuramos demasiado aire las plantas van a estar evapotranspirando de forma contínua con lo que hay que aumentar el aporte de agua, además de estar las plantas más pendientes en mantener constantes sus niveles hídricos y menos en crecer, que es de lo que se trata.

La continua revisión por parte de los cannabicultores de las plantas es de vital importancia para un diagnóstico precoz que nos permita una rápida y efectiva actuación contra el inicio y posterior desarrollo de la patología. Por lo tanto hay que ser rigurosos examinando nuestras plantas, no sólo por el oídio, sino para diagnosticar de forma precoz cualquier patología que pueda padecer nuestro vergel de cannabis.

Nos hallamos ante una plaga que año tras año viene apareciendo en nuestros cultivos, y cada vez la lucha se hace más intensa y su resistencia parece mayor. Quizás sería hora que exigiéramos a los bancos de semillas que comenzaran a tener en cuenta otros parámetros de selección y cría que englobaran la resistencia de las plantas, y no el debilitamiento que se está viendo en la última década de una especie, como es la Cannabis sativa, considerada como una especie dura y resistente a plagas. Podemos realizar cuantos tratamientos queramos, pero al año siguiente volveremos a padecer el mismo problema, y así sucesivamente hasta que demos con la causa, que no es otra que el debilitamiento genético, pese a quien pese. Lo mejor es realizar selección de genes resistentes, e ir mejorando esta condición.

miguelUna vez hemos padecido el ataque tenemos la vía rápida pero tóxica, que no es otra que la de practicar tratamientos con potentes fungicidas de amplio espectro. Quienes ya me conocen saben que pienso de este tipo de “quimioterapias”, no cabe decir más. Y la otra opción es luchar con tratamientos contínuos a base de pulverizaciones con productos derivados de la propolys, que podemos ir alternándolos con otros de decocción de cola de caballo. Los tratamientos con azufre de espolvoreo, con caldo bordolés ó sulfato de cobre, todos ellos permitidos en agricultgura ecológica, pueden funcionar bien durante el crecimiento, pero si se usan en la floración los cogollos quedarán impregnados de estas sustancias, con el consiguiente peligro para la salud.

Por Miguel Gimeno

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2 Responses

  1. Gracias por tan útil artículo, por un momento pensé que mi planta de marihuana tenía esta patología pero ya veo y confirmo con esto que no es así, igual, seguiré por aquí a ver que otra información necesito, a propósito de este tema, se enteraron que Costa Rica esta discutiendo legalizar la marihuana ¡Bravo por ese país!

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