El presidente Barack Obama dijo el jueves que quiere tratar a la marihuana como el tabaco, que es legal. Pero, con un poco de contradicción porque también sugirió que se opone a la legalización de la marihuana .
En una entrevista con el canal de noticias de Kansas City KMBC , Obama dijo que los estados podrían cambiar sus leyes sobre la marihuana para desalentar el uso de esta en la misma forma que el uso del tabaco no se recomienda:
En términos generales, creo que tenemos que separar la legalización, usted sabe, hay mucha preocupación sobre el abuso de cualquier tipo de drogas por nuestros jóvenes y población en general – frente a la fuerte penalización de delitos de drogas no violentos. Y creo que muchos estados están echando una mirada a ver, ¿tenemos proporcionalidad en términos de cómo se está penalizando al usuario recreativo? Queremos desalentar ese uso. Hemos sido capaces de desalentar el tabaco, hemos sido capaces de disuadir de un montón de otras cosas malas que la gente hace a través de un enfoque de salud pública en lugar de un enfoque de encarcelamientos.
El presidente hizo una distinción clave en sus comentarios, que se hicieron eco de las declaraciones anteriores que hizo a la CNN . Él parece apoyar la despenalización de la marihuana , que eliminaría las sanciones penales, en particular la pena de prisión, que se adjunta al cannabis. Pero no parece apoyar la legalización de la marihuana, que eliminaría incluso sanciones por delitos menores, incluidas las pequeñas multas y que potencialmente permitiría los puntos de venta de marihuana.
Hay una evidente contradicción en los comentarios de Obama: que avala el tratamiento de la marihuana como el tabaco, pero el tabaco no sólo esta despenalizado – es legal y se venden en las tiendas, y está excluido del sistema de programación del gobierno federal, que evalúa los medicamentos primero por su valor médico y segundo por su potencial de abuso.
A pesar de su legalidad y disponibilidad, el consumo de tabaco se desplomó en las últimas décadas, gracias a las campañas de educación, las etiquetas de advertencia obligatorias, las prohibiciones de fumar en lugares públicos y lugares de trabajo, y con mayores impuestos sobre los productos. Los defensores de la legalización de la marihuana apuntan a la tendencia como prueba de que incluso una sustancia altamente adictiva puede ser legal y contenida.
Lo más probable es que el presidente sólo esté respaldando las campañas de educación, la prohibición de fumar en público y otras medidas de salud pública que ayudaron a reducir el consumo de tabaco. Aunque las etiquetas de advertencia, la exclusión y los mayores impuestos sobre el tabaco lograron bajar el consumo durante décadas, ninguno de esos enfoques son posibles en un mercado negro en el que las regulaciones no pueden tocar la sustancia en absoluto.
El apoyo de Obama a la despenalización de la marihuana, pero no a la legalización también ayudaría a mostrar que la reforma de las políticas de marihuana se pueden manejar de varias maneras. Los expertos en estas cuestiones han tratado varios puntos.
“Una de las cosas en las que hemos estado trabajando muy duro en las discusiones de la legalización de la marihuana es en conseguir que la gente reconozca que hay al menos 10 arquitecturas fundamentales y diferentes para la legalización de la marihuana“, Jon Caulkins, un experto en política de drogas en la Universidad Carnegie Mellon, dijo recientemente.
En un informe de enero sobre la legalización de la marihuana para la legislatura de Vermont, Caulkins y otros expertos esbozaron 12 alternativas al modelo actual de prohibición. Entre las opciones: prohibición continua con una disminución de las penas, legalización de las ventas comerciales, dejar a los adultos cultivar marihuana, permitir la distribución en pequeños clubes privados y tener el gobierno del estado la cadena de suministro y venta de marihuana.
Los cuatro estados que votaron han legalizado la marihuana eligieron legalizar plenamente y permitir las ventas comerciales, y en Washington, DC , sólo legalizaron la posesión, cultivo y regalarla. Pero hay un montón de espacio entre la comercialización y la prohibición penal, como Obama y los expertos en política han señalado.
