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Marihuana en Francia

8 April, 2014, 16:00 PM
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Los franceses tienen un legislación de drogas relativamente dura en comparación con sus países vecinos europeos. Sin embargo, durante los últimos años, se ha prestado atención al éxito de las políticas de reducción de daños que muchos de estos países vecinos están poniendo en práctica, y se han realizado varias reformas. En enero de 2014, Francia ha legislado para autorizar el cannabis medicinal.

Leyes relacionadas con la posesión de cannabis en Francia

La posesión, el consumo y la venta de cannabis y hachís son delitos penales según la ley francesa, y pueden acarrear una pena de prisión de hasta un año, además de una multa de hasta 3.750 €. Asimismo, se puede obligar a los consumidores de drogas a participar en cursos de sensibilización en los que se pone de manifiesto los peligros de los estupefacientes.

Los fiscales también pueden exigir a los consumidores que busquen tratamiento para la adicción. Este tipo de intervención, denominada “mandamiento judicial terapéutico”, garantiza que no se presenten cargos penales. Asimismo, gracias a las leyes de anonimato francesas es menos probable que se discrimine a quien se somete a un tratamiento para la adicción a las drogas que en muchos otros países.

Los consumidores que además participan en la venta, el tráfico o el cultivo se pueden enfrentar a condenas más estrictas (que se pueden reducir si el individuo informa sobre otros sospechosos), y se les excluye del mandamiento judicial terapéutico.

Leyes relacionadas con la venta y el tráfico de cannabis en Francia

El tráfico y la venta de cannabis y otras drogas se castigan con penas mucho más severas. La pena por la venta o tráfico de drogas ilegales es de un máximo de diez años de prisión y una multa de 7,5 millones de euros; las condenas pueden duplicarse si se comprueba que el sospechoso vendía drogas a menores de edad o en los alrededores de las escuelas y centros de enseñanza. El cultivo de plantas de cannabis en Francia puede castigarse con un máximo de diez años de prisión y una multa de hasta 7,5 M €. Las condenas pueden ampliarse a cadena perpetua en casos excepcionales.

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El presidente francés, Francoise Hollande, ha declarado su oposición a la reforma de la legislación del cannabis (La Moncloa-Gobierno de España)

En 2011, 50.092 personas fueron condenadas por delitos de drogas en Francia; el 58% fueron declaradas culpables de consumir drogas, mientras que el 20% de las condenas relacionadas con las drogas fueron por posesión, y el restante 21% por venta o tráfico. El 30% de las condenas se tradujeron en penas de carcel, o bien privativas de libertad o con una suspensión condicional de la ejecución. Alrededor del 90% de los arrestos relacionados con las drogas tuvieron que ver solamente con el cannabis.

Resulta alentador que los delitos relacionados con las drogas parezcan tener menos probabilidades de terminar en un juicio que en el pasado. Recientemente, en un estudio, se llegó a la conclusión de que sólo son procesados el 10% de los detenidos por consumo de drogas​​; puntualmente, se dictan penas de prisión por consumo de drogas, pero representan sólo el 0,4% de la población penitenciaria total.

Legislación relativa al cannabis en Francia

En 2012, el recién elegido presidente de Francia, François Hollande, prometió continuar con las políticas de drogas represivas de Francia. El ministro del Interior elegido por Hollande, Manuel Valls, había manifestado anteriormente su oposición a la reforma de la legislación relativa al cannabis. Durante la campaña electoral, Hollande se opuso a la propuesta de reducir la posesión y el consumo de cannabis de un delito penal a un delito menor, ya que no quería dar la impresión de estar a favor de la liberalización de las políticas que regulan el cannabis en Francia.

Sin embargo, el gobierno socialista de Hollande no siempre ha presentado una línea de partido coherente con respecto a las políticas del cannabis. En octubre de 2012, el Gobierno reiteró oficialmente su oposición a la reforma de estas leyes después de que el ministro de Educación, Vincent Peillon, declarase que “merece la pena debatir” la legalización, lo que suscitó críticas generalizadas por parte de la derecha.

Incluso el Ministro del Interior Manuel Valls, el agente de la ley más poderoso de Francia, declaró en una entrevista concedida en enero de 2014 que había probado el cannabis “quizás en una ocasión”. Sin embargo, siguió manteniendo su oposición a la legalización del cannabis, porque “la sociedad necesita una estructura y unas reglas”.

Hace mucho que se debería haber reformado la legislación francesa relativa al cannabis

El análisis de los datos disponibles sugiere que la forma en que Francia ha enfocado tradicionalmente su política de drogas no ha tenido éxito. Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Adicciones (European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction, EMCDDA), el 4,8% de los adultos franceses de entre 15 y 64 años de edad han consumido cannabis durante el último mes, frente al 3,3% en los Países Bajos y sólo el 2,4% en Portugal. El 9,8% de los adultos jóvenes (15-34 años) franceses habían consumido cannabis durante el último mes, en comparación con el 5,6% y 4,5%, respectivamente, en los Países Bajos y Portugal.

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La región de Midi-Pyrénées es un centro del cultivo de cannabis (Top Rural)

La juventud francesa consume cannabis incluso en tasas más dispares que la del resto de Europa (12,7% frente a 5,3% y 4,1% en los Países Bajos y Portugal), lo que sugiere que las tasas de consumo entre los jóvenes son particularmente altas. En 2011, se informó de que el 24% de los jovenes de 16 años de edad fumaban cannabis al menos una vez al mes—la tasa más alta de Europa. Tanto éste como otros miles de ejemplos dejan bien claro que la severidad de las leyes relativas a las drogas no equivalen a una reducción del consumo.

Durante muchos años, se ha debatido sobre el cannabis y las políticas de drogas. La dos partes enfrentadas ocupan posiciones basadas mucho más en la ideología que en la lógica, y cada una acusa regularmente a la otra de ser demasiado severa o demasiado indulgente con el tema. En general, la derecha está a favor de endurecer las leyes e imponer penas más severas, mientras que la izquierda, junto con un puñado de derechistas con inclinaciones más liberales, está a favor de suavizar las restrictivas leyes actuales.

Se da luz verde al cannabis medicinal en Francia

En junio de 2013, la Ministra de Sanidad francesa, Marisol Touraine, aprobó un decreto que autoriza el acceso a los medicamentos a base de cannabis. Junto con otros diecisiete países europeos, Francia ha participado en un proceso conocido como el “Procedimiento de Registro de Mutuo Reconocimiento” para evaluar la seguridad y la conveniencia de la comercialización de Sativex, un fármaco en forma de spray bucal de aplicación sublingual, que ha demostrado reducir los síntomas de la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple.

En enero de este año, el Ministerio de Sanidad de Francia finalmente anunció que se iba a aprobar Sativex para pacientes con esclerosis múltiple que no responden a otras formas de tratamiento. El medicamento será rigurosamente controlado y sólo puede ser prescrito por algunos médicos, como neurólogos y especialistas en el tratamiento de la esclerosis múltiple.

Igual que en el caso de otras sustancias controladas de uso médico, como los opiáceos, los pacientes tendrán que renovar sus recetas cada seis meses, y sólo se les proporcionará la cantidad necesaria para un mes en cada ocasión.

Arrestos y condenas relacionadas con el cannabis en Francia

En marzo de 2014, la policía española y la francesa destaparon una red de tráfico que transportaba hachís desde Marruecos, a través de la Costa del Sol española, con dirección a Francia y a otros lugares del norte de Europa. Se arrestó a doce hombres de nacionalidad española, francesa y marroquí, y se incautaron tres toneladas de hachís, dos embarcaciones y tres vehículos.

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Un espantapájaros protege un campo de cáñamo industrial en el norte de Francia (Pingu1963)

En 2011, la policía de Francia y la de la isla británica de Jersey organizaron una operativo conjunto en colaboración con el Servicio de Aduanas e Inmigración de Jersey, que culminó con la detención de tres personas y con la incautación de hachís valorado en unas 540.000 £ (646.000 €).

En 2012, llegó a los tribunales de la localidad de Guéret el caso insólitode un hombre de 23 años de edad, que había puesto en marcha un negocio de venta de cannabis online en Francia. El hombre, que utilizaba el dominio “vendeurdedrogue.com” (literalmente, “traficantededroga.com”), había estado haciendo negocios durante meses sin llamar la atención de las autoridades, que finalmente fueron alertadas por una denuncia anónima. Los tribunales mostraron clemencia con el joven, que fue condenado a tan sólo 210 horas de servicio a la comunidad.

Historia del uso del cannabis en Francia

A comienzos del siglo XIX, las fuerzas del ejercito francés que regresaban a casa desde Egipto llevaron consigo una cultura de uso del hachís y cannabis que habían adoptado durante su estancia en el país. El siglo XIX fue un período de desarrollo cultural y científico generalizado, y el consumo de hachís y opio se puso de moda entre las clases intelectuales.

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Esta impresionante fotografía, que data de alrededor de 1910 en París, parece mostrar una gran planta de cannabis al fondo (Postaletrice)

Varios escritores y filósofos famosos de la época, entre los que se incluyen Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, y Pierre Gautier, escribieron sobre sus experiencias con las sustancias que alteran la mente en sus novelas, lo que popularizó aún más las drogas entre el público. Gautier y Baudelaire, junto con otras figuras literarias y científicas eminentes como Víctor Hugo, Jacques-Joseph Moreau y Alexandre Dumas, eran miembros del infame Club desHachischins, un grupo parisino dedicado a la exploración de los estados mentales inducidos por las drogas.

El público francés leyó las obras de losHachischins con relativo interés, pero en general encontró las vívidas descripciones de las intoxicaciones inquietantes y extrañas; durante muchas décadas, el consumo de hachís y opio se limitó a una pequeña y excéntrica élite intelectual, y no se popularizó entre las masas hasta los años 1950 y 60, cuando los militares regresaron en masa de Vietnam, conocido anteriormente como la Indochina francesa. En la década de 1970, el cannabis obtuvo una gran aceptación entre el movimiento de la contracultura hippie, así como entre otros grupos, y empezó a ser enormente popular.

Uso cultural del cannabis en Francia

Aunque el uso de marihuana y hachís no se considera un gran problema ni algo antisocial, siguen existiendo ciertas opiniones anticuadas y prejuicios al respecto. El uso y consumo de cannabis, y de hachís en particular, se relaciona estrechamente con los inmigrantes del norte de África—sin duda, la mayor parte del hachís llega desde el norte de África, aunque las bandas dedicadas al tráfico suelen ser de nacionalidad francesa, y los intereses franceses se están, sin duda, lucrando con el tráfico ilegal de cannabis.

Sin embargo, las generaciones más jóvenes de la población francesa están comenzando a ver más allá de la hipocresía y la propaganda, y al mismo tiempo que el consumo de marihuana y hachís es cada vez más popular dentro de su demografía, también ha crecido la cultura bien definida que lo acompaña.

El cannabis es la droga ilegal más popular en Francia con diferencia, se cree que 13,2 millones de franceses de edades comprendidas entre los 11 y 75 años lo han probado al menos una vez (de un grupo demográfico total de 49 millones), y se estima que más de un millón de personas lo consumen regularmente.

El comercio de cannabis en Francia

La mayoría del hachís que llega a Francia que procede principalmente de Marruecos. También llega al país un pequeña cantidad de cannabis importado de Holanda, aunque las exportaciones holandesas de cannabis en Europa han disminuido significativamente durante los últimos años, debido a las leyes cada vez más restrictivas que afectan el cultivo en los Países Bajos, y a las consecuencias de la crisis financiera mundial de 2008.

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La policía francesa puede pasar por alto el consumo de cannabis en lugares públicos, pero no se puede garantizar (Philippe Leroyer)

Francia es un punto de tránsito para el hachís y otras drogas con destino al Reino Unido, Holanda, Bélgica e Italia. No se produce hachís en Francia; la marihuana es la única sustancia ilegal producida en el país. Los recientes aumentos en la producción de marihuana y de las operaciones de lucha contra el tráfico, han desafiado el mercado interno de hachís y han causado cierto estancamiento. Como resultado, los traficantes de hachís están empezando a recurrir a sustancias más rentables, como la cocaína.

El cultivo de cannabis en Francia

El cultivo de cannabis abunda por toda Francia y, en particular, en las regiones del sur de Midi-Pyrénées, Languedoc-Rosellón y Provenza-Alpes-Côte d’Azur. Las zonas de montaña de los Pirineos tienen una tradición de cultivo de cannabis de décadas de duración, que se remonta a los movimientos “hippies” de la década de 1970.

Parece que la mayor parte del cultivo de cannabis en Francia se da a pequeña escala, para el consumo personal, aunque algunos de estos cultivadores también venden el excedente de su cosecha a los amigos y allegados. Sin embargo, parece estar en aumento el cultivo comercial a mayor escala.

El movimiento francés de los clubes sociales de cannabis

En 2012, un pequeño número de “clubes sociales de cannabis” similares a los que están surgiendo por toda España, en el Reino Unido y algunos otros países europeos—comenzaron a cultivar cannabis desafiando a la legislación francesa. Su intención era cultivar cannabis para dividirlo en partes iguales entre todos sus miembros, que tendrían que pagar una cuota anual de 25 €.

Uno de los dirigentes de la Federación Francesa de Clubes Sociales de Cannabis (FCSCF), Dominique Broc, fue detenido en marzo de 2013 y se le condenó a una pena de ocho meses, con suspensión condicional de la ejecución de la misma, después de haber declarado en la radio que cultivaba plantas en su domicilio. A pesar de esto, se cree que hay cientos de clubes sociales de cannabis en marcha actualmente en todo el país.

Tentativas para legalizar el cannabis en Francia

Durante los últimos años, se han realizado repetidas tentativas para plantear la legalización que han sido rechazadas en repetidas ocasiones. Sin embargo, existen suficientes pruebas de que el debate está provocando un cambio en la forma de pensar. En 2011, un informe parlamentario recomendó que se someta el cannabis a una “legalización controlada “, mediante la cual el cultivo y la venta de marihuana se convertirían en actividades controladas por el Estado, como sucede con el alcohol y el tabaco.

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Se ha formado una contracultura muy dinámica alrededor del consumo de cannabis en Francia (Loranger)

El debate que se mantiene sobre la legalización en Francia es muy agitado, y la reciente aprobación de Sativex ha añadido un renovado vigor a la discusión. El imparable crecimiento del movimiento de clubes sociales es también un signo alentador de que la comunidad cannábica francesa se ha cansado de la resistencia del gobierno a la reforma y está empezando a tomar cartas en el asunto.

En enero de 2014, la Senadora francesa y miembro del partido verde, Esther Benbassa, representante de la Circunscripción de Val-de-Marne, en el este de París, propuso una ley que, en su opinión, es la primera de ese tipo en Francia. La propuesta, que se dio a conocer en su totalidad en febrero de 2014, sigue el concepto de legislación controlada y establece puntos de venta, gestionados por el gobierno, para suministrar cannabis recreativo a los adultos.

Comprar Cannabis en Francia

En la mayoría de pueblos y ciudades francesas, resulta sencillo conseguir marihuana y hachís. Es importante ser prudentes, ya que las patrullas de policía son habituales y están alerta. En muchas áreas urbanas, incluyendo París, Marsella y Cannes, la policía pasa por alto el consumo abierto de cannabis—pero no hay que confiarse, ya que se sigue corriendo el riesgo de ser detenidos, sobre todo si se llama la atención al consumir o se acompaña con alteración del orden público.

En general, lo más sensato es asegurarse de que no llevar encima más de uno o dos porros de cannabis, ya que si se llevan cantidades mayores, es posible terminar arrestado. La policía de tráfico francesa tiene un especial interés en el tema; no se recomienda fumar cannabis mientras se conduce debido al riesgo de ser detenido.

Los precios del hachís y de la marihuana varían según la ubicación y la calidad. A menudo, la marihuana de buena calidad tiene un mayor precio, porque es más difícil de conseguir; la media de los precios del cannabis de buena calidad parece estar en alrededor de 150 € por 28 g (1 oz). El hachís es más común, y por lo general su precio oscila entre 10 € a 20 € por diez a quince gramos.

La forma más segura de conseguir hachís y marihuana es preguntarle a un amigo o conocido francés, o en su defecto, preguntar discretamente en los bares locales o a los adolescentes de la localidad, que suelen reunirse en los parques y plazas públicas y a los que, con frecuencia, se puede ver fumando cannabis. Coloquialmente en francés, el hachís suele conocerse como “le shit” y la marihuana como “la beuh“.

Cuál es el Futuro del Cannabis en Francia

Parece que la sociedad francesa ha aceptado el consumo de cannabis mucho más rápidamente que su propio gobierno. Aunque la legislación está muy por detrás de España, Portugal y los Países Bajos, ha surgido una cultura de uso bien definida, y cada vez se levantan más voces pidiendo que se reformen las políticas francesas relativas a las drogas.

A fin de reformar con éxito sus leyes, el gobierno francés tiene que aceptar que el consumo de cannabis es un fenómeno cultural que ha llegado para quedarse; uno que es disfrutado por un amplio espectro de los franceses, no sólo por los norteafricanos, tan denostados, y uno que ha sido incondicionalmente adoptado por la generación más joven. Además, hay que reemplazar, a nivel oficial, las duras penas que se imponen a los consumidores por estrategias de reducción de daños y de rehabilitación, que son más rentables y tienen más éxito, como se ha demostrado una y otra vez.

Es importante documentar tanto la historia como los acontecimientos recientes relacionados con la guerra contra las drogas que, a día de hoy, sigue afectando a las vidas de tantas personas en todo el mundo. Por esta razón, Sensi Seeds y Hash Marihuana & Hemp Museumen Ámsterdam, intentan proporcionar la información más precisa, actualizada y objetiva sobre la situación actual, país por país. Agradeceremos cualquier comentario, observación y corrección.

Por Seshata

Fuente SensiSeeds

 

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