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¿Cómo seleccionar la mejor de las plantas madre?

11 October, 2018, 9:00 AM
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Una planta madre la definimos como cualquier planta productora de esquejes. Un esqueje o clon, es a su vez una copia genética de su madre. Aunque lo veamos pequeño y frágil, tiene la misma edad que la madre, pueden ser meses o pueden ser muchísimos años. Y comparte sus mismos rasgos, desde patrón de crecimiento, a producción, sabor y potencia.

Las dos principales grandes ventajas del cultivo con esquejes, es por el gran ahorro que supone cultivar clones en lugar de semillas. Y por lo dicho anteriormente de saber lo que estamos cultivando y lo que vamos a conseguir. Es por ello que una madre debe ser una planta que destaque por varios rasgos. No tiene sentido cultivar clones que no tienen buen sabor, ni buena potencia, ni producción, ni vigor… y que tan sólo destaquen por su producción de resina.

Otra ventaja, es que en interior permite los cultivos muy rápidos. Una planta nunca florece hasta que no haya alcanzado una edad sexual adulta. Ésto ocurre normalmente pasado el mes de crecimiento desde que germinamos la semilla. Después, el período de floración mínimo será de 6-7 semanas, por lo que un cultivo desde semilla se va mínimo a las 12-13 semanas. Un esqueje florece tenga en tamaño que tenga en cuanto se cambia el fotoperíodo a 12/12, por lo que el período total de cultivo puede ser de tan sólo 6-7 semanas, lo que dure la floración.

¿LA MEJOR SEMILLA PARA SELECCIONAR UNA MADRE?

A la hora de hacer una selección buscando una buena madre, lo fundamental es hacerla sobre una variedad que nos guste, o al menos contar con alguna referencia. Si no te gustan los sabores inciensados, entonces no optes por híbridos Haze porque es un sabor dominante. Si no te gustan las variedades muy cerebrales no optes por sativas, y si no te gustan los efectos corporales, no optes por índicas. Al menos, ten más o menos claro lo que buscar.

Cuando plantamos una semilla, los caprichos de la naturaleza pueden hacer que no sea lo que uno espera. Una semilla es totalmente impredecible, hasta que comience a crecer la planta no empezaremos a ver sus rasgos. Puede que enseguida veamos que destaca para bien, o para mal. Así que cuantas más semillas cultivemos, más variedad encontraremos, y siempre habrá alguna que destaque entre sus compañeras por uno o varios rasgos.

Así que para hacer la selección de una planta madre, lo más importante es cultivar cuantas más semillas podamos. Mejor 30 que 10. Mejor 10 que 3. Y mejor 5 que 1. Por estadística, a mayor número de semillas mayores serán las probabilidades de encontrar la semilla entre un millón. Pero caprichosamente, nunca sabremos en qué paquete de semillas se encuentra. Puede que la encontremos comprando un paquete de 3 semillas, o puede que comprando 10 paquetes. Estamos hablando de estadísticas pero también de mucha suerte.

LA HORA DE SELECCIONAR UNA PLANTA MADRE

Y empezamos a germinar las semillas. Desde el primero momento comenzaremos a anotar todo lo que observemos. Identifica cada semilla, normalmente se usa el nombre de la variedad seguida de #1, #2, #3… #20, etc etc. En una libreta apuntamos de cada una de ellas datos como rapidez de germinación, vigor, crecimiento, ramificación, espacio internodal, estatura… incluso olor durante su desarrollo. Y durante esta fase de crecimiento, debemos sacar al menos un par de esquejes de cada planta, siempre bien identificados, los enraizamos y conservamos con un fotoperíodo de crecimiento.

Pero es floración donde se pueden destacar las características más principales. Seguro que entre todas, hay alguna de cogollos más grandes y resinosos. O más compactos. O más olorosos. También rapidez de floración, algún color que llame más la atención. También es interesante conocer su resistencia al hemafroditismo. Ésto podremos dejarlo para más adelante y como opción de descarte de las mejores.

Una vez coseches, seguro que ya tienes alguna que sea tu preferida. Tus selecciones finalmente tienen que complacerte a ti, así que sigue tu propia intuición, no todos los cultivadores tenemos los mismos gustos. Definitivamente, la nota final la darás cuando puedas ir catándolas. Sigue anotando características como sabor, aromas, potencia, efectos, duración. Cuantas más plantas tengas, más complicado será quedarse con una sola. Quédate con las mejores, y vuelve a cultivarlas a partir de los esquejes que has conservado, siempre conservado al menos uno de cada. Con menos plantas podrás comparar mejor, habrá rasgos que ahora puedas diferenciar más.

Finalmente contarás con una o dos buenas selecciones que sin duda te harán disfrutar. Las has seleccionado a tu gusto y encontrar todo lo que nos gusta comprando semillas llega a resultar muy pesado y a veces imposible. Sólo nos queda guardar la que será nuestra planta madre que debemos cuidar como si de oro se tratase. Apórtale siempre un buen sustrato, pódala cuando sea necesario y te lo agradecerá con cientos de esquejes durante su vida.

 

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