Uno de los deseos de cualquier cultivador es que sus plantas luzcan como las de una portada de revista, que incluso parecen de plástico. Y resulta relativamente fácil que durante las primeras semanas, las pequeñas plantas crezcan sanas y hermosas. Pero algo que hemos sufrido casi todos, es la aparición de hojas amarillas a medida que el cultivo avanza.
Son varios los motivos por los cuales las hojas de tu planta se vuelven amarillas o desarrollen clorosis, que es el nombre técnico para denominar la reducción de clorofila que causa estas hojas amarillas.
Lo más importante, siempre, es hacer un diagnóstico correcto de las posibles causas antes de intentar solucionarlo. Así que a continuación, hablamos de los cuatro principales motivos que causan las hojas amarillas y cómo podremos solucionarlo muy fácilmente.
Hojas Amarillas por Falta de Luz
Durante la fotosíntesis, las hojas captan la luz y el dióxido de carbono (CO₂) y lo convierten en energía para el desarrollo de la planta.
Sin suficiente luz o una luz con un espectro inapropiado, las hojas comenzarán a amarillear y puede que las plantas detengan su crecimiento por completo.
Solución
Aumenta la intensidad de luz que recibe la planta si cultivas en interior, o hazlo en un lugar más soleado si lo haces en exterior.
En interior, en muchas ocasiones es suficiente con acercar más la luz al dosel de las plantas, siempre y cuando se cuente con una iluminación apropiada.
Hojas Amarillas por un Riego Excesivo o Insuficiente
Las plantas de marihuana prefieren un ciclo de riego que encharque completamente el sustrato, para después pasar un período semi-seco en sus raíces hasta el siguiente riego.
Las plantas que se riegan en exceso o en defecto, se marchitarán y pronto mostrarán los signos característicos de la clorosis, con hojas amarillas, además de flácidas.
Solución
Deja de regar las plantas que han sido regadas en exceso y aumenta el riego de las que han sido regadas en defecto. Suena algo obvio, pero es uno de los errores más comunes que cometen todos los cultivadores principiantes.
Levanta tus macetas, si no son excesivamente grandes, para tener más o menos una idea de cuánto pesan cuando están empapadas y cuánto pesan cuando están secas.
Tras poco tiempo con esta simple rutina, aprenderás cuando es el momento óptimo del riego, un paso muy importante para mejorar la salud y el desarrollo de las plantas.
Hojas Amarillas por un Desequilibrio del pH
El pH o potencial de hidrógeno es la medida en una escala de 1 a 14 que indica el grado de acidez o alcalinidad de solución, siendo 7 neutral. El pH del suelo debe mantenerse entre 6 y 7, mientras que el pH del agua de riego o solución nutritiva debe rondar 6.5.
Las fluctuaciones fuera de estos parámetros, hará que las plantas tengan dificultades para asimilar determinados nutrientes
A menudo se diagnostica erróneamente como una deficiencia de nitrógeno o hierro, y un desequilibrio de pH no detectado puede agravar aún más los problemas cuando se agregan más nutrientes.
Esto crea un exceso de nutrientes en la zona de las raíces que las plantas no pueden llegar a asimilar.
Solución
Utiliza un medidor de pH para medir el nivel de acidez o alcalinidad de tu suelo y solución de nutrientes.
Ajusta el pH arriba o abajo según sea necesario con líquido corrector de pH. Ten en cuenta que estas soluciones vienen en forma concentrada, así que añade las dosis con moderación para subir o bajar el pH de manera gradual.
No será necesario usarlo en cada riego, ya que bastará con tomar algunas mediciones previas para saber la cantidad de líquido corrector del pH debemos usar cuando reguemos solo con agua o con solución nutriente.
Hojas Amarillas por Carencia de Nutrientes
Si consideras que el problema no es ni la luz, ni el agua, ni el pH, entonces el culpable más probable que tus plantas sufran la falta de nutrientes.
El nitrógeno y el hierro son las deficiencias más comunes que causan hojas amarillas, pero también podría tratarse de cualquier otro macronutriente o micronutriente. La falta de uno solo, puede provocar un efecto en cadena que afecte a la asimilación de otro u otros.
Solución
Usa algún abono rico en nitrógeno. Normalmente, cualquier abono de crecimiento contendrá dosis altas de este nutriente. Otra opción es el humus de lombriz líquido, ya que la planta lo asimilará más rápidamente que el humus de lombriz sólido.
Si determinas que, por el contrario, las plantas presentan una deficiencia de hierro, aplica una pulverización foliar con hierro quelatado. Comprobarás como las hojas de tus plantas recuperan el verdor en muy pocos días.
Conclusión
Las hojas amarillas son un síntoma de que la planta pasa por dificultades. Conocer la causa en fundamental para poder ofrecerle una solución rápida y efectiva, consiguiendo erradicar el problema y permitiendo que la planta se siga desarrollando con normalidad.
