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Marihuana y Deporte: ¿una extraña pareja?

30 December, 2017, 9:00 AM
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Deporte.- Actualmente, en los EE.UU., la imagen pública del cannabis está viviendo grandes cambios. Después de la legalización, se están desarrollando nuevos productos que se centran en la salud y en el ejercicio. California va un paso por delante del resto. Una vez más.

El movimiento hippie, Silicon Valley, los vehículos eléctricos – básicamente, nadie a quien le interesen las nuevas tendencias puede permitirse ignorar a California. Las ideas y los productos nacen aquí, se comercializan y se exportan a todo el mundo, por lo que no sorprende que California también esté desempeñando un papel pionero en la legalización del cannabis.

El uso de cannabis con fines medicinales está permitido desde 1996, y desde el año pasado, la legislación también se ocupa del uso recreativo. La base legal para la legalización es la Proposición 64, un documento de más de 60 páginas que sólo entenderás si estás licenciado en derecho. Amanda Reiman de la Drug Policy Alliance, que ayudó a preparar la Proposición 64, resumía los hechos clave en una entrevista con la revista TIME: “Primero las malas noticias. Todavía no hay tiendas de marihuana para adultos, y no puedes entrar sin más en un dispensario médico sin una tarjeta de paciente y empezar a comprar brownies […] para los adultos mayores de 21 años en California, ahora es legal usar, poseer y compartir cannabis, así como cultivarlo en casa”. Reiman añade que los coffeeshops no aparecerán antes de 2018, o incluso más tarde

De hecho, a primera vista, parece que han cambiado pocas cosas en Los Ángeles y San Francisco. Cualquiera que pasee por la playa de Venice a día de hoy verá la habitual escena californiana: turistas que sonríen a la cámara, madres que llevan vaqueros ajustados y que empujan unos enormes cochecitos de bebés delante, y por aquí y por allá, grupos de jóvenes que se reúnen para hacer ejercicio. Combinan las pesas rusas con el yoga, todo a la vez que llevan un aspecto tan impecable como el de sus cuentas de Instagram. Al final de la sesión de entrenamiento, se pasan los batidos del Mercado de Productores, unos pocos tipos dan sorbitos a unos batidos de proteínas. Pero hay más. Desde la distancia, se ve como un pequeño envase de Tetra Pak con una pajita, pero al echar un vistazo más detenido, puede reconocerse que es un vaporizador.

La verdad es que la imagen de estos jóvenes urbanos y preocupados por su salud que consumen cannabis después de hacer ejercicio no coincide con la imagen mental que tienen los forasteros de los fumetas holgazanes.

Cannifornication

California se está ocupando de poner fin a los viejos clichés. Entre las doradas playas del sur y las secuoyas del norte, afloran nuevas opciones que compaginan salud, ejercicio y cannabis.

La cabeza visible de este movimiento es Jim McAlpine, quien con su barba de chivo y su calva se parece bastante al actor Dwayne “the rock” Johnson. McAlpine es el artífice de 420 Games, una serie de eventos deportivos que ahora se han extendido a siete estados diferentes. En los 420 Games (Juegos 420, en español), se cubre una distancia de 4,2 millas (unos 6,5 kilómetros). Se trata de no encenderse un porro por el camino; de hecho, el consumo durante la carrera está explícitamente prohibido.

La cuestión es “acabar con los estereotipos que se han formado durante la era de la prohibición del cannabis”, le ha dicho McAlpine a la revista Dope Magazine. Quiere asegurarse de que en el futuro no se mida a todos los consumidores de cannabis por el mismo rasero que a los “fumetas apáticos”.

Otro de sus proyectos favoritos es el gimnasio Power Plant Fitness en San Francisco. El primer “gimnasio cannábico del mundo” quiere “educar a la gente y enseñarles las formas más saludables de consumir cannabis”. Con este fin, se permiten los productos comestibles y vaporizar en áreas especiales, mientras que fumar está prohibido en todo el edificio.

McAlpine no solo es un emprendedor y un deportista, sino que además es un consumidor entusiasta. Una hora antes de hacer ejercicio, toma de 50 a 100 miligramos de THC en forma de ositos de goma. Dice que le hace sentirse más motivado y más capaz de mantenerse en movimiento. Asimismo, ha admitido en una entrevista con Denverite que el cannabis y los deportes no son una gran combinación para todos, y podrían tener efectos negativos para algunas personas.

¿Qué dice la ciencia al respecto?

No se sabe mucho sobre cómo funciona el cannabis con el ejercicio. Según el farmacólogo australiano Michael C. Kennedy, sólo se dispone de 15 estudios en lengua inglesa al respecto. Hay alguien que sabe todo sobre el tema, Gregory Gerdeman. Durante los últimos 20 años, este neurocientífico ha estado investigando cómo el cannabis afecta el cerebro. Dice que la combinación de cannabis y ejercicio tiene sentido.

El cuerpo humano produce una serie de compuestos químicos que se describen como endocannabinoides. Controlan la forma en que experimentamos el dolor y los estados de ánimo, y también se aseguran de que nuestro cuerpo se mantenga equilibrado. Esta condición de homeostasis puede ser destruida por enfermedades como el cáncer o por actividades físicas extenuantes.

Curiosamente, los cannabinoides producidos externamente pueden ayudar al cuerpo a restaurar este equilibrio. Estas son precisamente las sustancias que el cuerpo recibe cuando consumimos cannabis. Los más conocidos son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol), y el primero tiene un efecto psicoactivo y nos da esa sensación de “subida cerebral”.

Cannabis y deporte

Los cannabinoides afectan a la forma en que percibimos el dolor, a nuestras reacciones ante el estrés y a nuestro apetito. Estos efectos pueden ser positivos o negativos. Dependen de una variedad de factores, como la predisposición personal, la dosis y la tolerancia.

Supongamos que, para una persona, los efectos son positivos y le hace sentirse mejor, sentir menos dolor e inflamación en menos tiempo: en este caso, el cannabis se podría ver como una sustancia que mejora el rendimiento en el sentido del dopaje.

Por otro lado, es un hecho que el consumo aumenta el pulso, lo que puede llevar con más rapidez a un estado de agotamiento. Además, los tiempos de reacción más lentos y los problemas de coordinación asociados con el cannabis no son útiles ni en el ejercicio ni en el deporte.

Tanto si el cannabis debe clasificarse como dopaje, como si no, no se puede responder con un simple sí o no. El hecho es que actualmente hay muy pocos estudios disponibles. Es el resultado directo de su prohibición, que también ha llevado a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a clasificar el cannabis como dopaje. Mientras que el THC sigue prohibido, la AMA quiere eliminar el CBD de la lista de sustancias prohibidas el año que viene.

Ligas profesionales estadounidenses: las cosas están cambiando

Se produjo una gran sorpresa cuando David Stern se manifestó públicamente, en octubre, a favor del uso de marihuana con fines medicinales. Durante 30 años, ha dirigido la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA, con mano de hierro. Fue él quien, al comienzo de su carrera, defendió firmemente un test de drogas más estricto, y fue él quien prohibió a los jugadores sentarse en el banco con ropa informal, gorras de béisbol y joyas. Entonces, si este mismo David Stern afirma que la marihuana debería eliminarse de la lista de sustancias de dopaje, estamos hablando de verdad de un cambio de paradigma.

Desde hace un tiempo, se murmura que muchos jugadores de las ligas profesionales de EE. UU. consumen cannabis. Uno de ellos es Kyle Turley.

Sus casi 10 años en la NFL (Liga Nacional de Fútbol) le han dejado huella: conmociones cerebrales, problemas de rodilla, depresión, dolores de cabeza crónicos. Problemas que contrarrestaba con un cóctel de analgésicos (incluidos los opioides), relajantes musculares y drogas psicotrópicas. Una vez, su mujer se le encontró intentando saltar por la ventana de un tercer piso.

Hace dos años, Turley decidió arriesgarse a un experimento: dejó de tomar todos sus medicamentos y empezó a consumir únicamente cannabis. Cuando finalmente comenzó a sentirse mejor, Turley se convirtió en un firme defensor del cannabis.

Cada vez más deportistas profesionales retirados experimentan lo mismo que Turley. Confían en la naturaleza en lugar de en la química. Alrededor de 30 de ellos se han reunido bajo el nombre “Athletes for Care“. Su objetivo es promover la salud de los atletas y prepararles adecuadamente para la vida después del final de su carrera como jugadores. Una parte importante del programa consiste en el uso de marihuana medicinal. Cabe señalar que muy pocos deportistas activos se han pronunciado a favor del cannabis. El miedo a dañar su imagen y ahuyentar a los patrocinadores sigue siendo demasiado grande.

Para correr, Agent Orange. Para el día a día, Durban Poison.

A Tyler Hurst no le preocupan los ingresos publicitarios. A los 38 años de edad, se calza sus zapatillas Vibram de dos a cuatro veces a la semana, y se pone en marcha. Para él, correr es una forma de meditación. Si no puede correr, Hurst hace yoga, entrena en el gimnasio de su casa o monta en bicicleta. En el mejor de los casos, hace 90 minutos de ejercicio. Cada día. Hurst cuida lo que come. Se siente bien. Pero no ha sido así siempre. Después de sufrir una lesión en la espalda hace dos años, sentía dolor cada vez que entrenaba. En ese momento, Hurst comenzó a experimentar con el cannabis.

Hurst combina una variedad de formas de consumo como el dabbing, los productos comestibles y la vaporización. En su podcast Burning Bush, informa sobre sus experiencias a lo largo de los años. Hurst me cuenta que prefiere las variedades de cannabis con un alto nivel de sativa: “Para correr y hacer yoga, Agent Orange. Para el día a día, Durban Poison. “Durante una carrera, a medida que el efecto del cannabis desaparece de forma gradual, se produce el efecto “natural” de subida cerebral. La subida del corredor y la subida del cannabis provienen del mismo lugar”, continúa Hurst. Muchos corredores conocen la euforia de la que está hablando.

Las carreras de larga distancia pueden llevar a la gente a un estado similar a la intoxicación. Según Gregory Gerdeman, la subida o efecto cerebral de este corredor está estrechamente relacionado con el sistema endocannabinoide. Tan sólo 30 minutos de ejercicio son suficientes para que el cuerpo aumente la producción de endorfinas y eleve la concentración del endocannabinoide “Anandamida” en el torrente sanguíneo. La anandamida, cuyo nombre proviene de la palabra sánscrita “Ananda” (placer, dicha, felicidad), es un pariente químico cercano del THC. En otras palabras, se podría decir que la anandamida es la forma humana del THC. Los investigadores suponen que la sensación de euforia que se produce mientras se corre tiene raíces evolutivas. Lo que solía resultar útil para cazar es lo que hoy en día lleva a la gente a correr maratones.

by Olivier

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